Boris Johnson dimite como líder conservador tras una serie de escándalos que han minado la confianza de su Gobierno y de la opinión pública. Comienza el proceso para elegir un nuevo primer ministro.
Boris Johnson, finalmente, se ha rendido. Tras más de 50 dimisiones en el Gobierno en tan solo tres días, el primer ministro ha comparecido en el Número 10 de Downing Street para anunciar que el proceso para elegir un nuevo líder «debe comenzar ahora». Johnson ha vuelto a insistir en que su aplastante mayoría absoluta en las elecciones de diciembre 2019 le daban un claro mandato para seguir al frente.
Se había planteado, incluso, convocar comicios adelantados. Pero tras una reunión a primera hora de la mañana con Graham Brady, presidente del Comité 1922 —que agrupa a los ‘tories’ sin cartera— ha recapacitado. O le han obligado a recapacitar. Sus filas le daban la última oportunidad de salir de manera digna. De lo contrario, le esperaba la humillación de una nueva moción de confianza a su liderazgo en la que apenas habría tenido un puñado de votos de apoyo.
«El proceso para elegir un nuevo líder debe empezar ahora», dijo el mandatario ante cientos de cámaras y periodistas que informaban sobre el desenlace del polémico ‘torie’. La dimisión se produjo tras un feroz motín de su Gobierno, coronado por una carta de su nuevo ‘chancellor’ (ministro de Finanzas) en la que le instaba a dimitir poco después de haber sido nombrado en el cargo.
La rebelión de su gabinete, la ola de renuncias del Gobierno y la pérdida generalizada de apoyo dentro de su formación fueron detonadas por un escándalo de acoso sexual protagonizado por Chris Pincher, a quien Johnson había nombrado como jefe de la disciplina del Partido Conservador. Pincher finalmente dimitió este mes tras admitir que manoseó a dos hombres estando borracho en un club privado en Londres. Cuando se supo que el primer ministro sabía sobre los supuestos abusos de Pincher, que aun así le dio el cargo y que mintió sobre ello, fue la gota que colmó el vaso.
Fuente: CF