La ciudad de Málaga cuenta con playas, paseos, parques, estadios, centros comerciales, y todo tipo de equipamientos. No obstante, de un tiempo a esta parte, algunos vecinos de la capital han venido mostrando su descontento por la falta de zonas verdes en kilómetros a la redonda de sus barriadas. Ante esta realidad, este sábado la plataforma Bosque Urbano Málaga ha liderado la plantación de cincuenta nuevos árboles en los antiguos terrenos de Repsol, ubicados junto a Juan XXIII.
En la cita, que ha reunido a unas cien personas, adultos, niños y familias se han encargado de plantar ejemplares de árboles mediterráneos, como son pinos piñoneros, pinos mediterráneos, álamos blancos, algarrobos, acebuches, encinas y sabinas. El objetivo no es otro que reverdecer la zona y responder a la demanda de los vecinos de Cruz de Humilladero y Carretera de Cádiz, que carecen de estos espacios naturales.
El resultado ha sido la creación de un paseo arbóreo, paralelo a la avenida de Juan XXIII, que incrementa en un 20% la superficie del bosque urbano de Málaga. Más de 350 árboles habitan ya esta área verde de creación y mantenimiento vecinal. Según afirman desde la asociación, los beneficios para la biodiversidad de la zona ya son ostensibles, como demuestran los avistamientos de un cada vez mayor número de aves.
Bosque Urbano Málaga
La propuesta de la plataforma ciudadana Bosque Urbano Málaga es que el PGOU vigente sea modificado para que los terrenos de la antigua Repsol pasen a ser un solar verde de 177.000 metros cuadrados, que palie las graves carencias ambientales que sufren Cruz de Humilladero y Carretera de Cádiz.
La OMS recomienda un mínimo de entre diez y quince metros cuadrados de áreas verdes por habitante, mientras que en estos distritos las zonas verdes apenas superan los dos metros cuadrados por habitantes en algunos puntos. Los elevados índices de densidad de población y compacidad urbana han llevado a estos activistas a plantar árboles en esta parcela desde hace siete años.
Jornadas de riego diarias
Vecinos de estas barriadas se organizan desde hace varios años para el riego y mantenimiento de estos árboles, que ya superan los tres centenares desde que comenzaran a plantarlos con el objetivo de crear un refugio verde. La promesa de estos voluntarios es que, cuando estos árboles crezcan, habrá «cinco o seis grados menos» que bajo los bloques de pisos y sobre el asfalto.
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