Lo peor está por llegar. La ralentización de la economía española será más intensa en 2023 con un crecimiento de un 1% únicamente según los datos de la Comisión Europea facilitados hoy el por el comisario de Economía, Paolo Gentiloni. Las previsiones de otoño son pesimistas para el año próximo, especialmente los dos primeros trimestres. La inflación, el precio de la electricidad, la guerra en Ucrania y otras muchas incertitudes económicas han empeorado todos los pronósticos. El mercado de trabajo, sin embargo, se ha demostrado resiliente y su evolución no será previsiblemente tan débil como se prevé para la economía en general.
Pese a las malas previsiones para España, nuestro país tendrá una evolución mejor que otras grandes economías de la UE. España crecerá un 4,5% de media este año, pero en 2023 entrará en una fase de enfriamiento y solo crecerá un 1%. No obstante, la Comisión prevé que España crecerá por encima del conjunto de la zona euro (0,3%) y las otras grandes economías: Francia (0,4%), Italia, (0,3%) y Alemania (-0.6%). La inflación quedará en torno del 4,8% en 2023.
Según Gentiloni “la evolución española es positiva” dentro del cuadro general y que tanto el consumo privado como la inversión presentan buenas perspectivas “y coincidimos con el Gobierno español en sus previsiones”. También añadió que seguirá abierto el diálogo con Madrid para alcanzar un acuerdo sobre la reforma de las pensiones sin precisar más.
Según los datos de la Comisión, tras una primera mitad del año fuerte, la economía de la UE ha entrado en una fase mucho más difícil. La crisis energética está erosionando el poder adquisitivo de los hogares y lastrando la producción. El sentimiento económico ha caído notablemente. Como resultado, aunque el crecimiento en 2022 será mejor que el previsto anteriormente, las perspectivas para 2023 son significativamente más débiles para el crecimiento y más altas para la inflación en comparación con las previsiones provisionales de verano de la Comisión Europea.
El crecimiento del PIB real en la UE sorprendió al alza en el primer semestre de 2022, ya que los consumidores reanudaron vigorosamente el gasto, sobre todo en servicios, tras la relajación de las medidas de contención de COVID-19. La expansión continuó en el tercer trimestre, aunque a un ritmo considerablemente más débil.
En medio de una elevada incertidumbre, se espera que las altas presiones de los precios de la energía, la erosión del poder adquisitivo de los hogares, un entorno exterior más débil y unas condiciones de financiación más estrictas hagan que la UE, la zona del euro y la mayoría de los Estados miembros entren en recesión en el último trimestre del año. Con todo, el potente impulso de 2021 y el fuerte crecimiento del primer semestre del año elevarán el crecimiento del PIB real en 2022 en su conjunto al 3,3% en la UE (3,2% en la zona del euro), muy por encima del 2,7% previsto en las previsiones intermedias de verano.
Se espera que el crecimiento vuelva a Europa en primavera, a medida que la inflación vaya relajando su control sobre la economía. Sin embargo, con los fuertes vientos en contra que siguen frenando la demanda, la actividad económica será escasa, con un crecimiento del PIB del 0,3% en 2023 en el conjunto de la UE y de la zona euro.
Para 2024, se prevé que el crecimiento económico recupere progresivamente la tracción, con una media del 1,6% en la UE y del 1,5% en la zona del euro.
LA INFLACIÓN
La inflación aún no ha llegado a su punto álgido según anunció Gentiloni hoy. Los peores meses están por llegar, pero de acuerdo con la situación actual es probable que el peor momento sea a fin de año, para moderarse durante el ejercicio próximo y en 2024. Se espera que la inflación disminuya en 2023, pero que siga siendo elevada, con un 7,0% en la UE y un 6,1% en la zona del euro, antes de moderarse en 2024 hasta el 3,0% y el 2,6%, respectivamente.
MERCADO LABORAL
La Comisión considera que pese a la situación actual el mercado laboral ha seguido funcionando con solidez, con el empleo y la participación en su nivel más alto y el desempleo en su nivel más bajo en décadas. La vigorosa expansión económica tras la pandemia creó dos millones de empleos en el primer semestre de 2022, elevando el número de personas empleadas en la UE a un máximo histórico de 213,4 millones. La tasa de desempleo se mantuvo en septiembre en un mínimo histórico del 6,0%.
Pero se teme que los mercados laborales se deterioren a medida que llega la ralentización de la actividad económica, pero que sigan resistiendo. Se prevé que el crecimiento del empleo en la UE sea del 1,8% en 2022, antes de estancarse en 2023 y subir moderadamente al 0,4% en 2024. Las tasas de desempleo en la UE se prevén en el 6,2% en 2022, el 6,5% en 2023 y el 6,4% en 2024.
DÉFICT PÚBLICO
Las previsiones prevén una contención del déficit público, a pesar de las nuevas medidas adoptadas para mitigar el impacto del aumento de los precios de la energía en los hogares y las empresas. Tras bajar al 4,6% del PIB en 2021 (5,1% en la zona del euro), se prevé que el déficit en la UE siga disminuyendo hasta el 3,4% del PIB este año (3,5% en la zona del euro).
INCERTIDUMBRES
Las perspectivas económicas siguen rodeadas de un grado excepcional de incertidumbre, ya que la guerra de agresión de Rusia contra Ucrania continúa y el potencial de nuevas perturbaciones económicas está lejos de agotarse.
La mayor amenaza proviene de la evolución adversa del mercado del gas y del riesgo de escasez, especialmente en el invierno de 2023-24. Más allá del suministro de gas, la UE sigue expuesta directa e indirectamente a nuevas perturbaciones en otros mercados de productos básicos derivadas de las tensiones geopolíticas.