La derrota ante el Córdoba ha activado las alarmas en Martiricos. El Málaga, que firmó una notable primera vuelta para encontrar un final de temporada tranquilo después de varias primaveras agitadas, ha encadenado varios resultados negativos antes de afrontar el tramo definitivo del curso. Además, tras el último choque en La Rosaleda, los blanquiazules ven como su calendario da un pequeño vuelco en los próximos cuatro partidos.
A diferencia de la costumbre en el mundo del fútbol, los boquerones disputarán dos partidos seguidos lejos de su feudo seguidos de dos compromisos como local en la mencionada Rosaleda. El primero será ante el Huesca el próximo Lunes Santo. El Alcoraz recibe a un Málaga que, consciente de la dificultad, busca sumar con imperiosa necesidad a las 20:30.
El siguiente duelo también tendrá lugar en el norte de España y en lunes, aunque en este caso el Lunes de Pascua. Será en Ipurua, casa del Eibar, de nuevo a las 20:30. Los malaguistas guardan un ingrato recuerdo del último choque en cada campo, ambos con finales movidos.
Lo próximo para el Málaga será hacerse fuerte en casa. La Rosaleda debe convertirse en el fortín que en muchas ocasiones ha sido para que los boquerones sumen puntos. El primero, frente al Castellón el domingo 27 de abril a las 18:30, un rival directo en la pelea por la salvación, pues ambos están empatados a 42 unidades.
Será un nuevo derbi el que cierre la anomalía de fechas. El Granada es el único rival andaluz que resta en el calendario blanquiazul y su disputa se dará el sábado 3 de mayo a las 18:30. Son cuatro semanas que determinarán las opciones de permanencia malaguista, en las que debe sumar y, en especial, reconectar con unos aficionados que abandonaron sus butacas el pasado domingo realmente preocupados.