El matiz jurídico que ha corregido la Alianza incluye ahora a los dos ciudades autonómas bajo el paraguas de protección en caso de injerencia extranjera.
La cumbre de la OTAN pasará a la historia por varios motivos. En primer lugar, porque Turquía ha permitido que Suecia y Finlandia se anexionen a la Alianza Atlántica, abandonando así su tradicional posición de estados neutrales. Además, se ha establecido un nuevo Concepto Estratégico [PDF en inglés] para la próxima década, que contempla todas las preocupaciones de España.
Así, la sensación es de satisfacción en Moncloa porque la hoja de ruta de la OTAN responde a lo que esperaban. A partir de ahora y por petición del Gobierno de Sánchez, la alianza habla de proteger, «la soberanía y la integridad territorial de todos los aliados», cuando antes se hablaba de forma general, de proteger la integridad territorial aliada.
Es un matiz muy pequeño, pero que según fuentes del Ejecutivo consideran una importante victoria. Porque que deja claro que Ceuta y Melilla, al ser parte de un estado aliado, están amparadas por el Artículo 5 del tratado de Washington, en caso de agresión extranjera.
Según estas fuentes, ahora no hay duda posible: si son atacadas el resto de socios acudirá a defenderlas. Aunque no se las cita expresamente, este cambio garantiza su defensa, como sucede con otros territorios que no aparecen explícitamente en el tratado, como por ejemplo, Hawai.
No es la única reclamación española que queda patente en el documento. El gobierno también está satisfecho porque la OTAN ha incluido en su nueva estrategia los desafíos para la seguridad que vienen del norte de áfrica, y particularmente, lo relacionado con el Sahel. También se hace explícito la protección ante amenazas híbridas. Elementos que preocupan a España, pero no solo, como es la utilización de la inmigración como arma política, o el uso de los flujos energéticos para intentar desestabilizar a los estados.