La elección del vino adecuado para Navidad es una tarea que puede resultar difícil teniendo en cuenta la extensa variedad que hay a elegir. Para ayudarnos a tomar la mejor decisión, hemos hablado con Germán Palomo, experto en el mundo del vino de la Bodega Cortijo La Fuente. «Obviamente, un buen vino depende de la situación, el contexto y, muy importante, de la compañía», afirma. Para él, lo primero a tener en cuenta es el tipo de ocasión que estamos celebrando.
En Navidad, por ejemplo, los vinos tienden a ser más dulces o suaves, pero esto no significa que no haya espacio para otros tipos de vinos. Uno de los aspectos que Germán destaca es que el vino debe acompañar y evolucionar a medida que avanza la comida. «En invierno, especialmente en las celebraciones navideñas, no puede faltar un vino dulce o un tinto», asegura, aunque para comenzar la comida, sugiere un vino blanco afrutado, que tiene la frescura y ligereza necesarias para abrir el apetito y prepararnos para los platos más contundentes.
A medida que avanzamos en la comida, el vino debe adaptarse a lo que estemos comiendo. «Hay vinos más adecuados para el aperitivo, como el vermú, que es perfecto para acompañar tapas y empezar la velada», comenta Germán. Estos vinos son ideales para abrir el apetito y combinar bien con los primeros platos.
Cuando llega el momento de las carnes y platos más robustos, como los guisos navideños, Germán recomienda un vino tinto. «Un vino tinto, especialmente uno con crianza, marida perfectamente con carnes», explica. Los tintos con crianza son ideales para esos platos que requieren equilibrar los sabores fuertes de la comida.
Asimismo, Germán sugiere que el final de la comida, especialmente cuando llegamos al postre, debe ir acompañado de un buen vino dulce. «Un vino dulce es el toque perfecto para acompañar los postres tradicionales de Navidad», comenta. Los vinos dulces no solo complementan los sabores de los postres, sino que también aportan un toque de elegancia a la sobremesa.
La versatilidad del vino
Una de las conclusiones clave que Germán nos deja es que, aunque existen vinos específicos para cada plato, cualquier vino puede maridar bien en cualquier momento, siempre que se elija con criterio. La flexibilidad y versatilidad del vino hacen que no haya reglas estrictas, sino más bien una cuestión de disfrutar según nuestros gustos personales y los de nuestros invitados.
Elegir vino para Navidad es una tarea que involucra tanto la selección adecuada según el momento y la comida, como el disfrute y la compañía que nos rodea. Germán Palomo nos recuerda que lo más importante es la variedad y la capacidad del vino para adaptarse a los cambios de la comida. Desde un blanco afrutado para empezar hasta un dulce para el postre, pasando por un tinto crianza para los platos principales, el vino es el acompañante perfecto que puede hacer de nuestra celebración navideña una experiencia mucho más especial.
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