CSIF Sevilla, a través de su área de Seguridad Privada, ha señalado este miércoles la «difícil realidad» de los profesionales del sector ante el nuevo pliego de prescripciones técnicas para la contratación de la seguridad de la red de oficinas y centros de empleo pertenecientes a la dirección provincial del Servicio Andaluz de Empleo (SAE) de Sevilla y provincia.
«Como resultado de su entrada en vigor, el día 1 de abril, se sigue destruyendo empleo concurso tras concurso, dejando a los trabajadores a merced de las empresas, que en ningún caso van a absorberlos como parte de la plantilla», critica el sindicato en un comunicado.
La Consejería de Empleo está convirtiendo a sus propios empleados «en trabajadores de primera, segunda y tercera, sin motivo alguno, pues en todas y cada una de las oficinas tenemos intervenciones a diario». Como ha explicado el responsable de Seguridad Privada de CSIF Sevilla, Felipe Caro, «después de este nuevo concurso, van a quedar oficinas con dos vigilantes, otras con un solo vigilante y el resto con ningún vigilante».
Asimismo, CSIF denuncia el total desconocimiento de la situación que se produce en las oficinas del SAE, así como la ausencia de «un criterio razonable para la eliminación de la seguridad en las oficinas». A juicio del delegado de CSIF en Garda Servicios de Seguridad, Pedro Mellado, «sería bueno preguntarle a Consejería de Empleo por qué se eliminan los puestos, cuando están más que justificados; invitamos a su responsable a que visite los centros para conocer la realidad de primera mano».
CENTROS AFECTADOS SEGÚN EL SINDICATO
Ejemplos de este problema de destrucción de puestos de trabajo y eliminación de refuerzos suceden en los municipios de Arahal, Cantillana, Lora del Río, Morón de la Frontera y Pilas. Estas cinco oficinas se quedan sin vigilancia y con los trabajadores adscritos a ellas «pendientes de lo que la empresa adjudicataria quiera hacer con ellos; lo normal es que sean despedidos».
«Después de años de servicio, que en algunos casos suman casi dos décadas, estos compañeros pueden verse en la calle de un día para otro», ha explicado Mellado. La reducción afecta también a otras oficinas del SAE en Sevilla en las que también se pierden plazas, como Carmona, La Puebla del Río, San Juan de Aznalfarache o Utrera. «Son compañeros que entraron de refuerzo en la reapertura de las oficinas en julio de 2022; la justificación de que ya no hacen falta por el descenso de casos COVID es fácilmente desmontable, debido a que la situación en los centros sigue siendo absolutamente catastrófica».
Señala CSIF que «cientos de usuarios se quejan a diario por los atrasos en las citas presenciales, las dificultades para obtenerlas y el retraso en el cobro de las prestaciones; sobre este último problema, Lora del Río cuenta con una especial falta de medios humanos: «son muy pocos empleados para tanto volumen de trabajo, lo que origina continuos conflictos».
En este sentido, un último lote recogido en el nuevo pliego recoge las oficinas en las que e incluyó el servicio de seguridad en julio de 2020 y que se mantienen con vigilantes hasta la entrada en vigor del nuevo pliego. Son las oficinas de Constantina, La Puebla de Cazalla, Las Cabezas de San Juan, El Saucejo y Marchena, las cuales pasarán a no tener ningún puesto para vigilancia a partir de la fecha señalada.
RECLAMACIONES AL SAE
En diferentes reuniones mantenidas previamente con la Dirección Provincial del SAE, se expone que «no pueden hacer nada respecto a las horas contratadas y el número de vigilantes, pues se trata de acuerdos a nivel andaluz entre el SAE y el SEPE. Es un servicio financiado mayoritariamente a nivel estatal, con criterios ya establecidos, por lo que, según la Dirección Provincial de Sevilla, nada pueden hacer en este caso en cuanto a las horas contratadas y los puestos asignados».
En este sentido, el área de Seguridad Privada de CSIF Sevilla respalda la necesidad de contar con un vigilante una hora antes de la apertura al público para dar protección a los trabajadores. «No es la primera vez que entran en las oficinas fuera del horario de atención al público y se forman altercados. Ha ocurrido en varias ocasiones y los trabajadores se han visto en serios apuros».
Otra cuestión planteada en las reuniones con el SAE ha sido hacer ver que un concurso a menos de ocho horas «es totalmente inviable, pues los vigilantes de seguridad no cobramos por jornada trabajada, sino por horas trabajadas», explica Pedro Mellado. «Por lo tanto, como nos faltan dos horas diarias a realizar, es prácticamente imposible hacer las horas que nos faltan. Las empresas no dudan en saltarse el convenio colectivo vigente de Seguridad, aplicándonos una reducción sustancial de la jornada unilateralmente, como en el caso del concurso anterior, ante la imposibilidad de poder facilitarnos las horas necesarias».