La Central Sindical Independiente y de Funcionarios, CSIF, sindicato más representativo en las administraciones públicas y con presencia en el sector privado, se ha concentrado este martes ante la Inspección de Trabajo en Málaga para denunciar la carencia de medios y los déficits de plantilla que arrastra el organismo. Esta protesta, que se ha desarrollado en distintos puntos del país, se enmarca dentro la campaña que el sindicato ha puesto en marcha a nivel nacional, que incluye una convocatoria de huelga de 24 horas el próximo 30 de marzo, la primera en la historia de este organismo.
Con estas movilizaciones, CSIF denuncia el grado de abandono en el que se encuentra la Inspección de Trabajo y Seguridad Social. La plantilla está compuesta por 2.200 trabajadores de inspección activa y otros 800 de personal de apoyo a nivel nacional; es decir, la labor de la Inspección de Trabajo recae sobre una plantilla de 3.000 personas mientras que la población activa española se sitúa en los 20 millones.
En la provincia de Málaga, el organismo apenas cuenta con 64 profesionales de inspección activa y 37 de apoyo, una cifra del todo insuficiente que, además, ni siquiera cubre la Relación de Puestos de Trabajo aprobada, que establece una plantilla total de 115 trabajadores -74 de inspección activa y 41 de apoyo-, 14 más de los que hay actualmente.
A nivel andaluz, la plantilla de la Inspección de Trabajo está cifrada en 574 trabajadores y trabajadoras, según la actual RPT, si bien hay un total de 57 vacantes sin cubrir, lo que representa que una de cada diez no está cubierta
Faltan inspectores y subinspectores, pero también personal administrativo, del que a veces se olvida la Administración. Igualmente, respecto a los medios informáticos y tecnológicos con los que cuenta este organismo, en muchos casos están obsoletos y son insuficientes.
CSIF defiende que con estos datos el sistema está condenado al fracaso, con recursos insuficientes y una plantilla completamente desbordada ante las necesidades que plantean las relaciones laborales. A todo ello se suman las numerosas modificaciones legales que se han producido durante la pandemia, los constantes movimientos de ERTES y los que tendrán lugar como consecuencia de la crisis por la invasión de Ucrania.
La central sindical denuncia el incumplimiento sistemático por parte del Ministerio de Trabajo y Economía del pacto alcanzado el pasado 7 de julio con las organizaciones sindicales, por el que se planteaba un reforzamiento del sistema de la Inspección con medidas para paliar los problemas de este organismo y cuya intensidad crece día a día.
Entre las principales dificultades a las que se enfrenta el servicio, CSIF señala las graves carencias de plantilla; el déficit en recursos técnicos y materiales; la ausencia de carrera profesional y de horizonte laboral para los trabajadores, lo que contribuye a la descapitalización de la plantilla; y la falta de reconocimiento y de dignificación de las funciones del personal.