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¡Cucha, Málaga! Las agrupaciones de la provincia aprietan las tuercas en la segunda semifinal

La segunda semifinal ha sido una noche de las de apretar tuercas, con pasodobles más reivindicativos si cabe, cambios en los popurrís y mejoras en la interpretación. El pase a la final está reñido, tanto en la modalidad de comparsas como en la modalidad de murgas, y las agrupaciones lo saben. Disfruten de ‘Los justicieros’, ‘Hasta el infinito y más pallá’, ‘Fuerte y flojo’, ‘Nostradamus’, ‘Cucha Málaga’, ‘Por falta de audiencia nos vemos en esta urgencia’, ‘Tu cara me suena’, ‘Los majaretas de la bicicleta’ y ‘Hay Lupita’. ¡Va telón! ¡Va crónica!

Los justicieros – murga infantil


 

Si algo nos está quedando claro en este carnaval es que la cantera se reivindica a sí misma como nadie. Así lo demuestran los niños de la factoría Paqui Prieto, quienes se suben a las tablas del Cervantes para volver a repertirnos lo siguiente: «Venimos a hacer justicia por la cantera, venimos para romper todas las barreras».

La primera letra, cantada en la ESAD, es sobre el cambio de normativa con respecto a las infantiles: «Que somos muchos, que no sumamos, que no cabemos, vaya perrera». La segunda, inédita, se la dedican a sus referentes en el carnaval, entre los que se encuentran los Malagüitas.

Se decantan por interpretar un solo cuplé, el de las aventuras de su abuelo con el patinete. El estribillo se puede cantar más alto, pero no más claro: «Nadie nos puede parar. Hoy traigo para luchar coplas, confeti y disfraz. Aquí está mi escuadrón, yo defiendo a la cantera y esta es mi revolución». Para el popurrí ya tienen al público en el bolsillo y lo disfrutan como nunca. Se despiden diciendo que «los pequeños y los grandes somos todos necesarios». Bravísimo.

Hasta el infinito y más pallá – romancero infantil


El romancero de Tino Berdugo: «un pequeño paso para el hombre pero un gran paso para el carnaval». Cómo se ha crecido en el Cervantes este astronauta. Por si no vieron ustedes las preliminares, os recuerdo de qué trataba:
suena la música de Star Wars a la par que un astronauta aparece en escena. Le han encargado la misión de ir al espacio y encontrar a un grupo de personas para enseñarles cómo es nuestro carnaval. Él dijo que sí del tirón, así se ahorra recoger su habitación. Vaya guasa.

Las últimas cuartetas versan sobre todo aquello que va a enseñar: desde las agrupaciones, entre la que destaca la suya («Pero la mejor agrupación es sin duda el romancero»), hasta las piezas de los repertorios y los temás más recurrentes («los que más me gustan son los que reivindican. / Que Málaga no se vende, ya está bien de tanto turista». Llega incluso hasta comparar las cositas de aquí con las de allí: «Satélites hay girando, en eterno pasacalles, / galaxias en cada esquina los grupos cantando traen». Maravilloso.

Fuerte y flojo – murga


«Te he cantao por las esquinas como un perrito faldero, regalando mis pamplinas a la tierra que más quiero. Ya bastante me he privado de tus besos por febrero». Málaga, perdía, ¡que Torrole te está mandando fuego!

En sus mensajes privados nos dejan dos pasodobles marca de la casa, marca Torrole. Para los neutrales pero no mucho va la primera letra, en la que hacen un recorrido por determinados extremos sociales («No soy machista ni feminista»), ideológicos («No soy fascista tampoco un comunista»), televisivos («Ni de Motos o Broncano»), religiosos («Yo no soy de morados ni de verdes») … para rematar con «Soy del centro, neutral sin etiquetas y después por lo que sea solo voto a la derecha, solo voto a la derecha». ¡Bimba!

Para los malagueños que sacan pecho de lo suyo a pesar de su «decadente esencia» y que, en lugar de mostrar resistencia, prefieren irse fuera va el segundo pasodoble: «Y lo digo a boca llena en verano desde Cadi, en verano desde Cadi». ¡Bimba otra vez!

Para defender su lugar en la final del viernes, estos canis cambian la música de los cuplés y lanzan cupletinas de humor negro de tres en tres. La jugada les sale redonda. En el popurrí cambian la cuarteta final, haciendo más extenso el ‘Credo’ de Los Peregrinos de Juan Carlos Aragón. Un pase de oro. Seguimos creyendo en los chulos de nuestra tierra, los quinquis primeros.

Nostradamus – comparsa

«Pero no temas, corazón, que de tu negro porvenir brotan canciones de amor de poetas visionarios que, agarraos al calendario, paren coplas de carnaval y como si fueran profecías te cantan, Málaga mía, por febrero una vez más».
La tercera profecía al futuro del malagueño en la ciudad. Alhaurín, que tantas y tantas veces le ha cantado al alcalde de Málaga –recordemos, entre otros, el pasodoble de la final de ‘Plastilina’–, hoy pone el foco en el malagueño, a quien le augura, después de criticar su actitud, que: «falta poco tiempo pa ver a tus hijos, tus nietos, buscando su piso en mi pueblo empezando de cero; y en Alhaurín sí tendrá los brazos de par en par abiertos». Si así no despertamos, no sé cómo.

La cuarta al futuro del feminismo, a cómo se nos va el tiempo entre tanto discurso y tanto cuestionar mientras los casos de violencia de género siguen creciendo: «Y no habrá un final si mientras se pone en la duda el feminismo hay otra más, si mientras perdemos el tiempo entre discursos vuelve a pasar, y siguen tu hija, tu hermana y tu amiga con miedo». Como escarpias. GRACIAS.

Cuplé a las profecías de este Nostradamus y a lo mucho que se trasnocha en el concurso. ¡Bien, Pedro Daniel, bien!
El popurrí es de mis favoritos, aunque la cuarteta final deja un regustillo a una despedida en la que no me gustaría pensar. El futuro dirá si esta niña de brazos abiertos que es Málaga vuelve a tener dos profecías más el viernes. El pase, desde luego, ha sido de matrícula, con la leña y la garra –pero también la dulzura– que caracteriza a Alhaurín.

¡Cucha Málaga! – murga


«Y pensé que lo malagueño se estaba perdiendo y por eso me hice predicador». El primer sermón se lo dedican a la pérdida de la idiosincrasia en el centro de la ciudad: «La verdad, la que esconde esta ciudad, la predican las abuelas, y tú, que vienes de allá tan lejos tan solo quieres nuestros espetos, pero ¿acaso te has parao en alguno de los barrios donde se habla malagueño? Que le vayan dando al centro, a mi casa yo me vuelvo».

Además de la letra, que va al cuello, es impactante el cambio de escenografía: a la par que rematan el pasodoble vuelven al forillo de ‘El último superviviente’. En ese escenario, en su barrio, sueltan el segundo sermón: «Pero a mis años me dicen que me haga las maletas, tengo que irme de mi tierra; he nacío, he vivío, malagueño me han parío, de aquí nadie me va a echar». Bravo por los Malagüitas, que nunca pierden el foco.

Vienen fuerte en los cuples. El primero a la moda del «¡chupito!» cuando un tema se repite en carnavales, con dardito a Teresa Porras; el segundo es una recreación del juego del calamar, con tirito a Pepe León, vaya chulada.
Como si lo que les he contado fuera poco, en el popurrí se reinventan cambiando bastantes cuartetas. Han venido a jugar, y a quitarse la espinita del año pasado. Ojalá, si el jurado los pasa, hagan un pase tan redondo como el de esta noche.

Por falta de audiencia nos vemos en esta urgencia – cuarteto

¿Recuerdan ustedes a estos concursantes que estaban esperando a que Juan y Medio los rescatara de la isla? Pues siguen en la isla. En la parodia, en la que sobresale MIJILLA con su «o sea, en plan», continúan con la historia. Me da la sensación de que la parodia de preliminares pegó más en el público, sobre todo por la cantidad de pegotitos malagueños que incorporaba; en esta también los hay –nombran a las televisiones locales, al Cartojal, a calle Larios…–, pero sobresalen menos.

Pese a ello, a mitad de la parodia y, sobre todo, a partir de los cuplés, el público se muestra más receptivo y comienza a desternillarse. Los parlamentos de MIJILLA y de ISABELITA son graciosísimos.

En el tema libre sí que incorporan más referencias a Málaga: los limones cascarúos, la Misericordia, Huelin, el Perchel… Con lo difícil que es la interpretación de un cuarteto, sobre todo por la complejidad de incorporar parodias y temas libres inéditos para ir superando las diversas fases del concurso, y ellos, además, tienen presente a Málaga. ¡Bravo!

Nadie viene a rescatarlos, pero MIJILLA lleva un móvil en la riñoñera. En la final, si los pasan, sabremos si consiguen comunicarse con alguien para que los rescate.

Tu cara me suena – murga


«No temo que me reconozcas, no me verán con esa pena, porque volver aquí a cantarte no es pa mí ninguna condena. Solo le temo que en la calle me digas con la boca llena: tu cara… no me suena». Ay, nuestros chavales. Lo dije, pero lo repito: que nos suene vuestra cara toda la vida.

El primer pasasodoble a la salud mental: «Y que lo sepa la gente, la ayuda te hace más fuerte, si la ansiedad puede con tu mente, tranquilo, que eres inocente». No sé ni qué decir. Gracias Alberto, gracias chavales. Por la visibilización, pero también por el abrazo apretao que supone esta letra.

El segundo es una defensa a las coplas de carnaval y una crítica voraz a la música que escuchan los niños hoy en día: «Quizás saldrían mejor persona si ven la lucha de una comparsa, si escuchan la irreverencia que da la murga con su batalla, que pa no criar borregos ni pueblos acobardaos el carnaval les abrirá caminos que nunca esa música ha dao». No es lo que han dicho, es cómo lo han dicho. Vienen fuerte.

Cuplés a la caracterización de las murgas, con tirito a Pepe León, y a Mario Vaquerizo. Del popurrí, me sigo queriendo enmarcar la cuarteta final, piropito marca de la casa: «Que me reconozcas si a ti te llueven papelillos, que me reconozcas cantando en la calle si tú eres testigo, que me reconozcas como me enseñó un amigo, que sean legendarios vivir los momentos que vivo contigo». Firman un buen pase. ¿Habrá rueda de reconocimiento el viernes?

Los majaretas de la bicicleta – comparsa


«Si no te sientes libre en ningún lugar, quizás es porque llegó ese momento de hacer cambio de rumbo y rodar y rodar y rodar y rodar». Vuelvo a dejar estos versos por aquí porque son para enmarcarlos. Me encanta el mensaje de esta comparsa.

Vaya primer pasodoble tan bonito, a las madres y abuelas: «No sabe cuánto disfruto viendo el cariño, el amor y la pasión que le da a mi niño, y, aunque conmigo pasara noches en vela, qué distinto es el cariño que mi madre a mí me diera al que ofrece como abuela».

El segundo, aunque salvando las distancias y con un enfoque completamente distinto, guarda similitud con el que ha cantado ‘Nostradamus’: la provincia, en este caso Marbella –una tierra ya vendida–, dirigiéndose a sus hermanos malagueños. El mensaje es claro: «Levanta y echa cojones antes de que ya sea tarde y Málaga te la roben».

El piropo y el hachazo. Marbella tiene clarísimo que quiere estar en la noche del viernes. Cuplés más de comparsita, eso sí, pero qué estribillo: «Este par de ruedas llevan tiempo sin parar a este majareta que rondando siempre va y me pararon unos ojitos que se cruzaron en mi camino; carnavalera, te hago un laíto pa acompañar a este aventurero, te prometo que estamos de vueltas para disfrutar, niña, cada febrero». Con la interpretación del popurrí firman un pase muy bueno. Cómo se está poniendo la cosa. No me gustaría ser jurado.

¡Hay Lupita! – murga


Ellos saben que a las semifinales se viene a apostar fuerte, por eso se decantan por un cambio en la presentación: «Amanece un nuevo día, sigo siendo el mismo perro, el perro del otro día. Vengo, vengo, vengo… ¿a qué venía yo aquí, joe?» A pesar de eso, los sketch entran un poco menos porque ya no generan sorpresa. Bien por haber introducido ese cambio al inicio, que le ha dado un toque fresco al repertorio.

A la generación de mediados de los ochenta y principios de los noventa, la primera letra de pasodoble: «Dolor de generación, cualificada y completa, anclada a la frustración y de miserias repleta; uno más, otro contrato basura de algún patrón muy voraz». Al alzheimer de una madre va la segunda: «Una cueva oscura y fría, una cárcel sola y vieja, así se encuentra mi vida: en una jaula entre rejas». Bravo por el primero, de hachazo, y bravo por el segundo, de lagrimita porque somos muchos los que nos sentimos representados.

Los cuplés entran menos, pero el estribillo sigue siendo un puntazo: «Busco pistas por las noches, busco pistas en la mañana, busco pistas por la tarde y al llegar al medio día busco el pisto de mi madre».

La cuarteta introductoria del popurrí por soleá también la cambian. Desde luego, conscientes de las limitaciones del pase anterior, han arriesgado para intentar mejorarlo y les ha salido bien. Ahora le toca al jurado valorar si estos detectives volverán el viernes.

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