¿Quién no ha soñado alguna vez con tener una caseta en la Feria de Sevilla? Los sueños a veces se cumplen y es el caso de este grupo de personas, familias y amigos, que este año, treinta y dos años después, por fin tienen una caseta en el Real.
Hemos estado con algunos de los socios de esta nueva caseta, cuyo nombre ‘D’ aquí venimos’ y la ilustración del puente de Triana en la pañoleta, deja claro que todo el grupo llega desde el arrabal trianero. Ellos son Carlos Ruiz, Artemio Martín, Joaquín Guerrero y José Manuel Acuña, cuatro de los más de 30 socios que componen la nueva caseta de la Feria.
Artemio nos cuenta que fue “un compañero de caseta el que hace más de 30 años dijo ¿por qué no hacemos una caseta?, fue justo después de la Expo 92 y nos reunimos unas 36 personas”. El socio explica que han sido años de “mucha ilusión y mucha paciencia, pero por fin ha llegado”. Lo que siempre tuvieron claro es el nombre que llevaría su caseta: ‘D’ aquí venimos’. Un nombre que viene acompañado de una ilustración del puente de Triana, y “de aquí venimos, de Triana, somos todos trianeros”, tal y como cuenta Joaquín Guerrero.
De padres a hijos y a nietos
Han pasado 32 años desde que este grupo de amigos decidieron embarcarse en un camino que los ha llevado a cumplir una ilusión, tener una caseta de feria desde este 2025 y para siempre. Varias generaciones han vivido juntos a sus padres y madres la ilusión por cumplir sus sueños, poco a poco les inculcaban su amor por la Feria y por esta tradición tan sevillana traducida en una caseta. “Este año va a ser bastante especial porque después de 32 años no solo estarán presentes los socios, si no también los hijos y los nietos de esos socios”, cuenta con emoción José Manuel Acuña. “De hecho los nietos y los hijos son los que más van a disfrutar, ellos están muy ilusionados”. Esto se traduce en “poder llevar a tu casa a tus familiares, amigos y a quién te apetezca invitar”.
Estos cuatro amigos no solo esperan con ilusión la semana de Feria, sino que también están disfrutando del montaje y de los días previos. “Es montarlo todo desde cero y encima con la dificultad añadida de que es una caseta de esquina”, detalla Carlos Ruiz, algo que implica que la estructura debe ser más fuerte. Lonas nuevas, muebles nuevos, decoración… la ilusión de jóvenes que alguna vez soñaron con montar su propia caseta y 32 años después están disfrutando de cada detalle. En nuestro paseo en el Real junto a ellos, hemos visto como, aún sin el suelo puesto, miran con emoción su caseta incluso en el proceso de montaje, cuando aún los trabajadores están pintando los muebles y rematando la estructura.
Herencia
Los más de 30 socios, a pesar de no tener una caseta, siempre se han unido cada Lunes o Sábado de Pescaíto para iniciar la feria todos juntos, “pero fuera de la Feria”, nos cuenta Artemio. “Cada vez que hacíamos esas reuniones en restaurantes de alrededor del Real, siempre imaginábamos cómo sería hacer la cena dentro”. Es por ello que, pensar que este año “por fin vamos a poder hacerlo, nos tiene locos”.
El propio socio ha explicado que cuando ellos se apuntaron había unas 300 o 400 casetas en lista de espera, “y hemos tardado 30 años”. Ahora que hay más de 1.000 “no se si el se apunte ahora podrá conseguir una caseta”. Este año 2025 la Feria contará con 10 casetas nuevas, es decir, 10 sueños cumplidos, años de espera que terminan y se consolidan en una herencia para siempre. “Es la herencia más grande que se le puede dar a un hijo, tenéis una caseta de feria”.