La Diputación de Málaga y las farmacias de la provincia se han aliado para mejorar la atención de los vecinos en los pueblos pequeños con un nuevo convenio de colaboración entre la institución provincial y el Colegio Oficial de Farmacéuticos de Málaga, gracias al cual se trabajará en un proyecto conjunto para mejorar la atención a la ciudadanía de los pueblos más pequeños.
Así lo ha informado la vicepresidenta de Ciudadanía y Equilibrio Territorial de la Diputación, Antonia Ledesma, quien ha reconocido la labor social que cumplen los boticarios y boticarias en estas farmacias, «que son los que mejor conocen a los vecinos de estos pueblos».
«No podemos permitir que se pierdan servicios básicos en municipios pequeños, por lo que contarán con nuestro apoyo también como forma de lucha contra la despoblación», ha añadido Ledesma en un comunicado.
Esta semana, técnicos del Área de Ciudadanía y Equilibrio Territorial de la Diputación de Málaga, junto a la vicepresidenta, a la vicesecretaria, coordinadora de Acción Social y vocal de Salud Pública del Colegio Oficial de Farmacéuticos de Málaga, Monserrat de Cuadra, y Miguel Ángel Montero, vocal provincial y de Andalucía de Farmacia Rural del mismo, mantuvieron una reunión de trabajo para conocer los programas de atención social comunitaria que presta la Diputación.
Los diferentes programas que se prestan
Estos programas van desde el Teléfono de la Soledad de las personas mayores, a prestaciones económicas entidades del tercer sector, lucha contra violencia de género y atención a víctimas y sus hijos, o el fomento del empleo rural, entre otros.
Por ello, Ledesma ha explicado que el siguiente paso es crear un proyecto piloto de colaboración y alianza con las farmacias rurales para acercar estas iniciativas de la Diputación a la población en los municipios pequeños. De esta forma, «se trabaja para asentar a la población, frenar la pérdida de habitantes y garantizar la supervivencia de las farmacias tan necesarias en los pueblos».
«Así, las farmacias pueden actuar de plataforma para dar a conocer entre los usuarios todos estos servicios que mejoran la calidad de vida de los vecinos. Asimismo, son los farmacéuticos rurales los que también tienen la capacidad de detectar situaciones de vulnerabilidad entre los clientes, pudiendo derivarlos a los Servicios Sociales», ha incidido.
Por tanto, este protocolo también contempla que se establezcan herramientas de colaboración con los servicios sociales comunitarios del territorio, dependientes de la Diputación, que permitan identificar e intervenir en situaciones de vulnerabilidad social para la protección y auxilio a colectivos, como las personas mayores y sus personas cuidadoras, las víctimas de violencia de género o los menores de edad en situaciones de riesgo como los malos tratos o el alcoholismo.