Dos de los tres acusados que han sido juzgados este miércoles por patronear una patera desde una playa de Argelia hasta la costa de Almería, en cuya travesía murieron dos personas después de que el fuerte oleaje inutilizara el motor y la embarcación quedara a la deriva durante casi dos días, han reconocido los hechos y han aceptado seis años de prisión por estos hechos.
En concreto, han asumido la responsabilidad conforme el escrito inicial de la Fiscalía uno de los encargados de manejar la embarcación así como la persona a la que se encomendó el uso del GPS para guiar la nave, por lo que se les aplicará la atenuante de reconocimiento de hechos conforme, además, han interesado también sus defensas.
Por su parte, el tercer acusado ha rehusado su participación, por lo que para él se mantiene una petición de prisión de 12 años de cárcel por un delito contra los derechos de los ciudadanos extranjeros y dos de homicidio imprudente mientras que su defensa interesa para él la libre absolución.
Este último acusado, que durante su derecho a la última palabra ha manifestado que no guarda relación con los hechos que se le imputan, ha reconocido durante su declaración que realizó vídeos del embarque con un teléfono de alta gama «para él mismo» al tiempo que ha rechazado que llegara a efectuar cobros a los ocupantes de la patera, aunque varios testigos lo han reconocido como uno de los encargados de dar instrucciones antes de iniciar la travesía.
Así, ha explicado que él formaba parte de las personas que ocuparon la patera a fin de llegar a España para «mejorar su vida» y que «en ningún momento» guió la embarcación, sentido en el que ha desplazado la responsabilidad a otro de los acusados.
El acusado ha incidido en que fue apenas una hora y media después de zarpar cuando comenzó el mal tiempo que provocó que la nave, con apenas unos salvavidas y al menos ocho garrafas de gasolina, quedara a la deriva. Asimismo, el agua del mar habría hecho que no se pudiera consumir la comida y bebida que, según él, había en la patera.
A preguntas de su letrado, el abogado Nabil El Meknassi, el acusado ha rechazado su vinculación con la organización y, pese al reconocimiento de los hechos de los otros dos acusados, él ha asegurado que solo uno se encargó de patronear la patera.
Por su parte, los testigos protegidos –hasta cuatro han comparecido– han narrado que llegaron a pagar hasta 7.500 euros por una plaza en la patera en cuya organización han implicado al acusado que ha negado los hechos, ya que habría sido, según su versión, quién indicó cómo debían sentarse y cómo subirse a la nave que llegaron a ocupar unas 20 personas.
En su relato, han coincidido en que el oleaje hizo que se estropeara el motor y quedaran a la deriva al poco de iniciar la travesía en la patera, donde solo habría un chaleco salvavidas y apenas un poco de agua dulce frente una docena aproximadamente de bidones de gasolina.
Así, han narrado que el primero de los fallecidos padecía del corazón mientras que el segundo pereció tras haber ingerido agua del mar, de modo que ambos cadáveres fueron arrojados por la borda por indicación de los argelinos encargados de la nave a fin de liberar peso en la patera. Asimismo, han aseverado que muchos de ellos sufrieron quemaduras por la exposición al sol.
Por su parte, los agentes de Policía Nacional que practicaron las detenciones posteriores han explicado los vídeos que localizaron en el teléfono del acusado que se desvincula de los hechos, en el cual también constaban llamadas que situaban el móvil en España y norte de África.
En concreto, han distinguido dos tipos de archivos audiovisuales, algunos de ellos grabados antes de la travesía en los que aparece la conducción de una patera sin inmigrantes en su interior, por lo que los investigadores deducen el acusado habría vuelto o iba a recoger a los inmigrantes.
