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Duendes y carnavalarios sobresalen en la ‘Noche de Cuchillos Largos’ del Carnaval

En la ciudad de Málaga, siendo las 20:00h del miércoles 19 de febrero de 2025, da comienzo la última semifinal, en la que se jugarán el pase a la final, después de la actuación de ‘Los que vienen de Antequera, pero de otra era’ y de ‘Me he quedao de piedra’, las siguientes agrupaciones: ‘Aquí no pinto ná’, ‘Albarracín, la aldea escondida’, ‘¡Qué bien me siento!’, ‘Los escapistas’, ‘Las ovejitas negras’, ‘Los carnavalarios’ y ‘Viva la Virgen del Karma’. ¿Quiénes pasarán? Lo sabremos al final de la noche, ¡Va telón! ¡Va crónica!

Los que vienen de Antequera, pero de otra era – murga infantil


«Ooga shaka, ooga ooga ooga chaka». ¡Me como con patatas a estos trogloditas, que cada vez que se suben al escenario hacen que se nos caiga a todos la baba! Qué desparpajo. Qué desenvoltura. Qué ángel. ¡Y cómo vocalizan! Convierten lo difícil en sencillo. A ver quién tiene el valor de pisar el Cervantes y hacerlo tan bien como ellos.
Aunque por la cuestión del tiempo que les vengo comentando durante las semifinales deben recortar repertorio, ellos deciden mantener presentación y popurrí al completo; recortan en pasodobles y cuplés, que solo cantan uno.

El pasodoble más reivindicativo no puede ser; en él alaban los cambios tras la investidura de Luis Bermúdez, destacando que es «un presidente que ha creado una Escuela y que ha abierto la Casa del Carnaval al malagueño carnavalero, a todo el mundo y a los colegios», pero también lanzan un dardito, al presidente y al resto de carnavaleros: «Si prefieres un concurso dile a los grupos punteros que saquen una infantil para tener un relevo y dile a todos los grupos que mejoren y espabilen porque nuestro carnaval no tiene la calidad que tú le exiges a las infantiles». ¡BRAVO! La cantera defendiendo a la cantera, como se ha visto en todas las sesiones anteriores, desde la primera preliminar hasta hoy. Gloria eterna a La Murguita.

Me he quedao de piedra – romancero infantil


«¡Vamos el teatro arriba que es la última semifinal», así empezaba esta estatuilla del Cenachero su romancero. Aunque bastante nervioso, más que en la ESAD incluso, Víctor logra meterse en el personaje. El público lo arropa y él se va tranquilizando. Se nota que está disfrutando mucho más que en la preliminar del jueves.
Las cuartetas que más calan en el respetable son las que bromean con la apariencia de la estatua de bronce realizada por Pimentel. A Luis Bermúdez, el presidente de la FCCM, le tira de las orejas: por allí no pasa ningún pasacalles, solo el Entierro del Boquerón, así que le pide que lo ponga de estatua en la Casa del Carnaval.
El cuplé lo borda, y con el estribillo, simpatiquísimo, termina de meterse al público en el bolsillo: «Que tengo la cara dura, dice el que no me conoce. / ¿No voy a tenerla dura? ¡Si la tengo hecha de bronce!»
De desparpajo va sobrado. Ojalá repita el año que viene, con menos nervios, y se lo pase más bomba todavía.

Aquí no pinto ná – murga


«Murgas y comparsas por los callejones y a mí ya me tienen hasta los pinceles». Han cambiado la presentación. Si ya les decía yo que el personaje iba a dar juego: esa estatua de Picasso de la Merced tiene mucho que contarnos. Aunque el carnaval parece que no les hace mucha más gracia que la feria: «Ven a cantar pero a la Plaza de la Constitución y a mí tranquilo me dejáis por favor».

La primera copla es una crítica al artisteo carnavalero –como diría el Subiela: al farzerío totá–: «Otros me dicen es buena obra y lo dicen por delante, aquí en mi cara, y hasta me abrazan, y por detrás yo sirvo de burla; así convierten toda mi obra en una caricatura». La segunda es otro leñazo, esta vez al poco respeto que se le tiene al carnaval en la ciudad: «Cuando cantamos de madrugada, muy bajito no te vayan a denunciar los municipales, si frente a un bar tamos actuando pues sale el dueño y nos recrimina que lo estamos molestando». Así se juega en una semifinal. Bravo por el CAMM.

Los cuplés, ambos al tipo –¡qué pincelada!–, entran mejor que en preliminares; uno a los trucos para deshacerse de las tareas de la casa y otro a las taritas de los artistas. La idea es buena y el popurrí tiene unos pegotitos que consiguen que el público se parta de risa. A pesar de eso, están un escaloncito por debajo, tanto en letras como en ejecución, de las claramente finalistas, pero… ¿quién sabe?

Albarracín, la aldea escondida – comparsa


«Hoy vengo para mostrarme, malagueña mía, con un mensaje de El Bosque que sale de mi corazón». El primero de los mensajes a cómo, a pesar de lo ocurrido con la DANA en Valencia, en Málaga hubo quienes expusieron a sus trabajadores a una situación parecida: «Alerta en las noticias, fuertes temporales, pero es mi futuro, que llevo poco tiempo en esta nueva empresa y el patrón me ha dicho que si nos quedamos en casa no se ven los beneficios». Un enfoque diferente, pero no menos necesario: «Y aquí me encuentro dentro de mi coche y, la verdad, estoy asustado». Vellitos de punta.

El segundo, un piropito a Carlos Murante, regidor de escena del Carnaval de Málaga: «En los audiovisuales es todo un maestro que desborda arte y que hace maravillas dentro y fuera del Cervantes. Si yo hablo con las letras, tú lo haces con la imagen, con la luz, con el sonido». Qué letrón. Con qué sensibilidad está escrita. Cuánto cariño se desprende de esas palabras. Ay.

Cuplés de comparsa, sobre los deseos que conceden estos duendes, pero es que vaya estribillo precioso: «Quiero tenerte a mi vera, protegía y tapaíta, y cuando el sol tiña tu escollera, ay, Málaga, seas la flor más bonita de la primavera». El popurrí es chulísimo, la idea es chulísima, el mensaje que lanzan es super necesario y ellos suenan de dulce. No me extrañaría que los viéramos el viernes de nuevo.

¡Qué bien me siento! – murga


«Una hora suelto y te echaba de menos, la de veces que tú a mí me has torturao y pa mí que tengo el síndrome Estocolmo y le he cogio gustito y del Luis me he enamorao». ¡Ooooooootra murga que cambia la presentación! La final está reñida y ellos lo saben. Que por no arriesgar no sea. Ni por la poca vergüenza tampoco. Qué puntazo.

Ellos no son los únicos secuestrados, los únicos que tienen síndrome de Estocolmo, los malagueños también. A eso le cantan en el primer pasodoble: «Málaga secuestrada por el gavioto, Málaga fustigada por las gaviotas, Málaga con el síndrome de Estocolmo que a quien le tortura de nuevo lo vota». ¡Bimba!

La segunda letra, preciosísima, a Miguel Ángel Vegas, el ‘Chorli’: «Nueve lustros tu garganta, tras cortinas todo un siglo, enmascarando tu alma con tu Rosi en las butacas y qué poco has recibio. Pero no hay más homenaje que el cariño del Cervantes mientras te cantan tus hijos». De nuíto en la garganta.

Cuplés a Teresa Porras y a los cuernos de la reina emérita. Quizás un puntito por debajo de los de preliminares. Aún así, resuenan las risas entre el público. Con el estribillo vuelven a remontar: «Encerrado sin hacer nada, tengo cama, comida y baño; así lleva el alcalde un montón de años». Aunque yo no sea muy de metacarnaval, he de reconocer que el popurrí es de los mejores del concurso. Por si fuera poco, ellos cantan pa rabiar y lo venden que da gusto. No solo en comparsas está la cosa difícil.

Los escapistas – comparsa


«Que juntos nos vamos de la mano consiguiéndonos escapar de esta cruda realidad». A los donantes, el primer pasodoble: «Esta historia que te canto no es ninguna fantasía, va mi copla a los donantes que con miedo y coraje salvan vidas cada día». El segundo a la gestión política de la DANA, con dardito al rey Felipe VI: «Yo a nuestro gran capitán Felipe VI y su excelentísimo quisiera recordar que no se olvide del pueblo que ama y mantiene su nevera, y si un rey está pal pueblo como el pueblo pa su alteza, que se plante con cojones, se presente en el Congreso y que rueden las cabezas». Aunque con enfoques originales y muy bien interpretados, los pasodobles bajan el listón con respecto a los de preliminares. Todo dependerá de los gustos del jurado.

Cuplés a Pepe León y a ¿los pensamientos del papo? Con el segundo se escucha un cri, cri, cri, entre el público. Menos mal que con el estribillo logran remontar: «Nada puede compararse a tus besos por febrero mientras de fondo resuena mi bendito carnaval y el veneno que me mata, me remata, que me ata y me desata del que no quiero escapar». Del popurrí, me sigo quedando con las cuartetas a los escapistas verdaderos y a la salud mental, genial interpretadas. Cierran así un pase un poco irregular, que se salva porque cantan maravillosísimamente.

Las ovejitas negras – murga


«Mu golfo pero mu pijo, la élite del internao». Primera letra al tipo, una crítica voraz a cómo el cariño de los padres no se puede sustituir con dinero: «Condenado desde chico a estar siempre rodeado de riquezas materiales y es que lo cambiaba to por tener una educación y crecer con el valor de una lección y el amor de unos padres». El segundo pasodoble, cómico pero crítico, al la adicción a los teléfonos móviles: «Mira si estoy enganchao que con dos rayas tan solo eso es poco pa mi body, que eso se me va volao; y no seas malpensao: que de drogas yo no he hablao, que hablo de la batería del móvil». Pedazo de tanda.

En los cuplés pinchan, aunque destaca el segundo, en el que sobornan al jurado para que los pase a la final. Vuelven a conectar con el público en el estribillo: «Dentro del internao, no hemos aprobao ná: mis notas son horrorosas, pero he probado un montón de cosas».

El popurrí es graciosísimo, aunque no sé yo si, con la de cambios que han incorporado el resto de compañeros, les dará para una final. La cuarteta final, eso sí, es para enmarcarla: «Y pa colmo el Carnaval, que aquí dentro he conocido, una fiesta que mis padres desde siempre me han prohibido: la celebración pagana, que es del pueblo y de la calle, donde la ley es la copla y no hay dinero que la calle». Gracias por venir siempre a sumar tanto.

Los carnavalarios – comparsa


«Contra un futuro donde te arrebatan tu idiosincrasia, tu voz, tus barriadas, y contra este allanamiento de verde y morada. En nombre de la libertad, bajé del pedestal a defender mi tierra. En nombre de la libertad, mi canto va a sonar a Carnaval y guerra».

Así se despierta el marqués, que deja su cárcel de bronce para hacer la revolución. La primera copla al malagueño que todavía no ha despertado: «¿A qué estamos esperando? Saca las uñas, planta batalla, pelea, muerde y echa cojones. ¿No ves que esto es la guerra? Nuestro futuro está en juego y en nuestras manos está escribirlo en nuestra tierra o bajo tierra». Nadie le canta a Málaga como el Malo. Otro zapatazo de los Zorritos.

El segundo pasodoble a la sanidad pública; en él relatan qué ocurriría si Juanma Moreno, Pedro Sánchez, Paco de la Torre o Díaz Ayuso tuvieran que acudir, desesperados, a ella, qué ocurriría si sus familiares tuvieran que enfrentarse a las interminables listas de espera, los cierres de plantas, la escasez de personal o a las eternas esperas en urgencias. Rematan con un mensaje contundente: «La fábula que hoy te canto los gobernantes no la padecen pues tienen su sanidad privada, pero en nuestra Andalucía estas historias son ciertas y se nos mueren nuestras familias todos los días». A sus pies.

Cupletinas de dos en dos, de temática parecida, que van in crescendo hasta llegar a una de jojojo. ¡Bien tiraooooooo! Si alguien no los tenía en sus quinielas, ahora sí. El popurrí es carnavalario, malagabundo y rebelde. Con él cierran un pase de matrícula de honor. «Qué amor más noble es entregarse al Carnaval».

Viva la Virgen del Karma – murga


«¿Cómo va la Virgen? ¡Guapa!» En el primer pasodoble una madre le pide respeto a su hija: «Te quiero más que a mi vida, te espero cada noche en la ventana dormida y hasta el día que me muera allí estaré, así que, por favor, respétame y háblame bien que soy tu mare».

En el segundo ponen sobre la mesa que les han insultado por su disfraz, temática que aprovechan para hacer una crítica sobre la Iglesia: «Quien se ríe de la Iglesia lo siento no soy yo, quien se ríe de la Iglesia quizás sea ese cabrón que vestío de cura abusa de un niño tras su oración». Patinan al decir que quien se ríe «quizás sea la mujer que como no tiene hijos no sabe qué es querer»; es cierto que se refieren a las monjas, pero… habría que darle una vueltecita: la maternidad es una elección, no una obligación; las mujeres no necesitamos tener hijos para saber querer.

En los cuplés y el popurrí también hay bastantes patinazos, que no terminan de encajar en el público. Es cierto que en la cuarteta final insisten en «Perdón si le ofendí, pues no fue mi intención, jamás quise dañar su fe y su religión», pero, insisto, habría que darle una vueltecita a la manera de expresar las cosas. En las manos del jurado están.

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