Era de justicia que, en un momento en el que Sergio Pellicer podía estar en el alambre en caso de derrota, lo salvase una de sus consignas principales desde que es entrenador: la de tener a todos los jugadores en dinámica. Después de tres goles en los últimos seis partidos, fueron Diego Murillo y el centrocampista del filial Rafa Rodríguez los que rescataron un punto para el Málaga aunque, durante un fugaz minuto, fue una victoria.
Ficha técnica
Málaga CF (2): Herrero; Puga (Gabilondo; 78′), Einar (Cordero; 46′), Monte (Pastor; 86′), Murillo, Dani Sánchez; Manu Molina, Juanpe (Rafa; 61’); Larrubia, Dioni (Chupete; 78’), Lobete.
SD Eibar (2): Magunagoitia; Cubero, Comas (Arambarri; 64′), Arbilla, Cristian (Arrillaga; 81′); Nolaskoain, Matheus Pereira; Corpas, Puertas (Guruzeta; 64’), Iván Gil (Pascual; 64’), Bautista.
Goles: 1-0; Bautista (45+3’), 1-1; Murillo (60′), 1-2; Rafa (70′), 2-2; Monte (PP; 71′)
Árbitro: Dámaso Arcediano Monescillo, del comité manchego. Amonestó a los locales Iván Gil (24’), Puertas (37′), Matheus Pereira (90+7’); y al visitante Einar (20’).
Incidencias: Partido correspondiente a la 36ª jornada de LaLiga Hypermotion en el estadio de Ipurua ante 4.396 espectadores.
Si algo se le ha achacado desde diversos sectores del malaguismo al técnico de Nules es el no tener un once tipo, algo que forma parte de su plan desde que se dedica a los banquillos. Así fue cuando contó con 18 fichas profesionales y así es en la actualidad, pues aseguraba en la rueda de prensa que no recuerda la última vez que repitió alineación.
A pesar de que surtió efecto, el partido no fue ni mucho menos un camino de rosas para los blanquiazules. De hecho, la primera mitad fue una concatenación de infortunios que desembocaron de la peor manera. En el 28’, Arcediano Monescillo -árbitro con el que el Málaga aún no ha ganado a pesar de haber disputado 12 partidos bajo su juicio- señaló un penalti a favor de los costasoleños por un leve empujón de José Corpas a Dani Sánchez en el lateral del área. Sin embargo, Ávalos Barrera le sugirió, pinganillo mediante, que revisara la acción en el monitor.
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— Málaga CF (@MalagaCF) April 21, 2025
Tras ello, el colegiado de Puertollano rectificó y anuló el penalti señalado. La primera mitad prosiguió y volvió a ser el descuento la habitación del pánico. A pesar de contar con tres centrales, la defensa malaguista permitió que Matheus Pereira la desactivase con un simple pase vertical a Jon Bautista en el 48’, que batió a Alfonso Herrero para hacer el primero. La zaga blanquiazul no estuvo ni lo suficientemente adelantada como para provocar el fuera de juego ni lo suficientemente al hombre como para evitar desmarques de ruptura. Desastre total.
Sin embargo, a pesar de que podía parecer un golpe devastador para un equipo que parecía estar languideciendo y que atisbaba una nueva derrota, el Málaga demostró tras vestuarios que aún está vivo y coleando. Lo inesperado se convirtió en salvador para voltear el resultado. Primero, con un gol a balón parado. Sí, a balón parado, uno de los aspectos más débiles de los boquerones. Manu Molina, tras botar un córner en corto, encontró a Diego Murillo, novedad en el día de hoy, en el segundo palo. El central de Malagón remató con el alma para igualar el electrónico y oxigenar a los malaguistas, que en vez de echar el cerrojo atrás, buscaron completar la remontada. Y así fue.
Si el tanto de Diego Murillo fue inesperado, el golazo de Rafa Rodríguez diez minutos más tarde, que estaba participando en su tercer partido con el primer equipo (aunque los dos anteriores fueron ante el Ibiza, aún en Segunda División en el último partido antes del descenso a Primera RFEF y dos minutos frente al Real Oviedo hace escasas semanas) era ya algo impredecible. El sevillano recibió un balón de Cordero en la frontal del área y no se lo pensó. Control orientado y disparo precioso al segundo palo ante el que Jonmi Magunagoitia, que cuajó un gran partido, poco pudo hacer.
El ‘37’ logró darle una alegría a los malaguistas, aunque duró un minuto de reloj. En la siguiente acción, en el mencionado balón parado fatal, el gol en propia volvió a atizar a los andaluces. Fue en esta ocasión Nélson Monte quien cabeceó a su propia portería en un remate ya complicado en caso de ser atacante. El defensor de Vila do Conde buscó despejar y no atinó, igualando nuevamente un partido loco.
Siguió la emoción en Ipurua y, aunque existieron ocasiones para ambos equipos, con un paradón de Alfonso Herrero a un remate de Bautista que, a pesar de ser advertido como fuera de juego, parecía encontrarse en posición legal. Julen Lobete también pudo darle el partido al Málaga, aunque Magunagoitia volvió a salvar a los suyos para sellar las tablas.
A pesar del inevitablemente agridulce sabor de boca que deja un empate tras ir ganando, los de Pellicer rompen la dinámica de cinco derrotas en seis partidos y logran un punto que aumenta la renta con respecto al Eldense. El próximo compromiso se antoja vital para los de Martiricos, pues será el domingo cuando reciban al Castellón en un duelo directo en La Rosaleda. Hasta entonces, el Málaga ve al fin como crece la diferencia con los puestos de descenso, aunque sea un punto.