M.A.R., el hombre acusado de acabar con la vida del tío de su pareja sentimental tras golpearlo repetidamente en la cuneta de la A-7 a su paso por El Toyo-Cabo de Gata (Almería), donde lo dejó abandonado, ha alegado durante la primera sesión del juicio con jurado que actuó bajo los efectos del alcohol, estupefacientes y medicamentos tras originarse una pelea entre ambos después de que la víctima le arrebatara las llaves del vehículo.
«Recuerdo ver a esa persona orinando y yo pidiéndole que se suba, recuerdo que tengo que bajar y pedirle la llave, y es cuando se produce la pelea. Él me agrede a mí y yo a él en cuestión de un minuto o minuto y medio», ha relatado el acusado ante las preguntas de la Fiscalía, que solicita para él una pena de prisión de 23 años por un delito de asesinato alevoso.
El acusado ha manifestado tener únicamente «pequeños recuerdos» de cómo se sucedieron los hechos una vez que, según su versión, la víctima le retiró las llaves del coche mientras circulaban por la autovía, lo que le obligó a apearse en el arcén, tras haber pasado la noche anterior en un local de San Isidro, al que llegaron sobre la medianoche.
Conforme a su versión, a lo largo de toda la madrugada había consumido grandes cantidades de alcohol y de cocaína, además de ansiolíticos y calmantes, en el pub en el que permanecieron hasta el amanecer y donde habría jugado a las máquinas tragaperras; cuestión que el tío de su pareja le habría recriminado debido al gasto de dinero.
Tras marcharse y dejar a su pareja en su vivienda, continuó con la víctima a fin de seguir bebiendo, de modo que en su ruta en dirección a Almería pararon en una gasolinera, durante se detuvieron unos 20 minutos antes de retomar la marcha. Asimismo, ha reconocido que él condujo todo el tiempo y que llevaba una copa con alcohol así como que durante la noche y en la gasolinera hubo ciertos «comentarios» de la víctima hacia él pero «sin peleas» ni «problemas graves».
Según el acusado, el momento de mayor tensión se produjo en el interior del vehículo cuando, según ha explicado, la víctima habría puesto «agresiva» por «algún comentario que no le sentaría bien» y habría comenzado a dar golpes.
«Pensaba que me iba a agredir», ha precisado el acusado, quien asegura que se vio obligado a orillarse en la carretera, momento en el que la víctima habría salido del vehículo para orinar. «Yo insistía en que se subiese», ha dicho antes de manifestar que no recuerda si la víctima le habría agredido dentro o fuera del coche con la propia llave que, según él, le había arrebatado.
«Recuerdo que él me dio a mí y yo a él, nos vemos en el suelo y luego lo aparto», ha explicado en torno a la agresión, que quedó grabada en vídeo e incluso difundida en redes sociales después de que otro vehículo se detuviera al percatarse de la situación. «Creo recordar darle una patada fuerte en el abdomen», ha detallado incluso a preguntas de su abogada defensora, la letrada Mónica Moya.
El acusado ha manifestado que él mismo se vio sangre en un lado de la cabeza y en la mano, de forma que cuando obtuvo de nuevo las llaves se marchó del lugar no sin antes haberle dicho a las personas que pararon en el carril de desaceleración de la autovía que avisaran a una ambulancia, según sus palabras.
AFIRMA QUE SUFRIÓ UNA «OBCECACIÓN»
El procesado ha afirmado no reconocerse en las imágenes de la agresión que fueron captadas por uno de los alertantes. «Yo no soy para nada esa persona, soy una persona tranquila, legal, en ese momento perdí los papeles», ha manifestado el acusado, para quien su defensa solicita que se tenga en cuenta la eximente de obcecación así como la atenuante de drogadicción, que habría podido afectar a sus facultades.
«En ese momento no era capaz de mandar sobre mí, estaba perdido, estaba muy perdido», ha añadido antes de asegurar que, tras encontrar un sitio para pasar la noche, tenía intención de entregarse a las autoridades incluso, según ha puntualizado, sin ser consciente de que le había pegado lo suficiente como para que el tío de su pareja falleciera.
Durante la primera sesión también ha declarado el instructor del atestado policial del Grupo de Homicidios de la Policía Nacional que se encargó del caso, quien explicó que los alertantes que grabaron en vídeo los hechos e incluso instaron al acusado a deponer su actitud se había fugado del lugar del crimen en dirección a Almería, si bien su matrícula había quedado recogida en las imágenes.
Así, en el marco de la investigación se entrevistaron con la madre de la pareja sentimental del acusado y hermana de la víctima, quien reconoció haberlo visto tras los hechos con la ropa «manchada de sangre». El mismo acusado le habría dicho a la familia que había golpeado a la víctima e incluso les habría «amenazado de muerte» si decían cualquier cosa.
El acusado no fue encontrado hasta la noche del día siguiente, tras haber hallado su vehículo y una vez la víctima había fallecido en el hospital a causa de las heridas, momento en el que se produjo su detención. Según los agentes, presentaba heridas «recientes» en los nudillos compatibles con haber agredido a una persona, toda vez que también se hallaron aparentes restos de sangre dentro del coche y en su carrocería, por el lado trasero del copiloto.
El instructor ha aludido a un segundo vídeo de minutos antes de la agresión cuando se ve llegar el coche a la gasolinera y aparcar junto a un surtidor, en el que el acusado aparece «muy alterado, haciendo aspavientos» y «discutiendo» con el copiloto, que se bajó del coche con una copa en la mano. El acusado habría tenido también un enfrentamiento con un trabajador de la gasolinera al que «casi le pega en la cara».