El alcalde de Lora del Río ha recomendado no consumir el agua corriente por su alto nivel de manganeso.
El alcalde de Lora del Río, Antonio Enamorado, ha emitido un bando municipal en el que recomienda que «no se consuma agua como bebida» o para la elaboración de alimentos, a cuenta del notable episodio de turbidez en el agua corriente que sufre la localidad desde el pasado lunes. Según el alcalde, han sido detectados niveles de manganeso que superarían los considerados aptos para el agua potable.
En su bando, el primer edil precisa que no hay «problemas en el uso» del agua corriente «para limpieza del hogar, vajilla y aseo personal»; exponiendo que si la Delegación Territorial de la Consejería de Salud confirma los aspectos detectados con relación a los niveles de manganeso en el agua corriente, será activado el plan municipal de contingencias con el suministro alternativo de agua potable para la población.
El Ayuntamiento de Lora recomienda no consumir el agua corriente
En concreto, al comenzar la tarde del pasado lunes, el Ayuntamiento de Lora, que en febrero de 2022 recuperaba la gestión del servicio público de agua tras expirar la concesión administrativa gracias a la cual la empresa Aqualia había explotado dicho servicio; informaba de que a consecuencia de «una avería» en las conducciones de agua de la avenida del Castillo, el suministro había sido interrumpido en dicha vía, el Residencial Virgen de Setefilla y las calles Averroes y Al-Andalus y el callejón a Barrio Sevilla, con el aviso de que tras la reparación y el restablecimiento del suministro era «posible que se produzcan episodios de turbidez debido a la avería»; pesando el prolongado episodio de turbidez en el agua en esta localidad en 2023, con su declaración como no apta para el consumo humano.
En aquellos momentos de 2023, el Gobierno local del PP atribuía las notables incidencias en el suministro a «las circunstancias de la sequía» y los «26 años de gestión privada» del servicio del agua, periodo en el que la empresa Aqualia habría incurrido en una «falta notoria en el mantenimiento y limpieza de las tuberías y en las inversiones» en la Estación de Tratamiento de Agua Potable (ETAP), entre otras deficiencias.