El concejal de Cultura, Tradiciones y Fiestas Mayores del Ayuntamiento de Almería, Diego Cruz, ha lamentado este martes la muerte de cuatro gacelas y un arruí de especies amenazadas en la Finca Experimental de La Hoya si bien ha mostrado sus dudas de que estas tengan relación con el impacto sonoro del ciclo de conciertos Alamar, celebrado entre el 20 y 22 de junio, cuya afección fue avisada por los científicos.
«Según los informes de una empresa externa, en la muralla exterior de la finca experimental, no se superaron los 65 decibelios, que es menos que el sonido de un teléfono, con lo cual en el interior no se alcanzaron los 60», ha sostenido Cruz, quien ha rechazado las responsabilidades atribuidas por la Estación Experimental de Zonas Áridas (EEZA-CSIC) en relación al fallecimiento de los animales.
El edil de Cultura ha asegurado que se han cumplido «todas las medidas» para garantizar el «mínimo impacto sonoro» que, según ha insistido, «no superaba el sonido de un teléfono» de acuerdo a los informes que maneja el Consistorio en relación a los espectáculos celebrados en el parque Jardines del Mediterráneo situado en La Hoya, a escasos metros de la reserva sahariana.
El representante municipal cree asimismo «muy apresuradas» las conclusiones alcanzadas por la veterinaria del instituto de investigación, Sonia Domínguez, quien apuntó que los datos de las necropsias indicaban que las causas de las muertes de los ejemplares han sido «la desatención materna de una de las crías», «un aborto» y «distintas lesiones traumáticas», todas ellas «provocadas como consecuencia del estrés y agitación provocados por los conciertos».
«Con los registros efectuados por ingenieros y técnicos externos al Ayuntamiento se acredita que en ningún momento se han alcanzado cualquier tipo de umbral que se excediera al uso autorizado por la Gerencia de Urbanismo en el Parque de la Hoya», ha precisado Cruz en cuanto a los criterios urbanísticos para establecer limitaciones acústicas en referencia a los espectáculos.
Cruz mantiene que se han adoptado las medidas técnicas necesarias para «garantizar un bajo impacto sonoro» y que se utilizó un limitador «calibrado» que «ni siquiera se activo» para que «no se superaran en ningún momento los 92 decibelios», esto es, según ha indicado, el «equivalente al sonido del tráfico en la ciudad o en una autovía».
Aseveran desde el Área de Cultura que los informes de medición y telemetría del limitador incorporado al sistema de sonido por una empresa externa indican que «no se superaron los 65 decibelios en el exterior de la muralla», por lo que calcula que en el interior de la Finca Experimental se habrían alcanzado, según sus cifras, unos «58 decibelios».
Desde el Ayuntamiento, que mantiene la programación del ciclo de Flamenco para mediados del mes de julio, se ha lamentado la muerte de los cinco ungulados. «No se quiere poner en tela de juicio las valoraciones de la Estación, pero sí se considera que son conclusiones muy apresuradas teniendo en cuenta todos los atenuantes y circunstancias que existen alrededor de la finca», han estimado.