El pasado miércoles se celebró la primera reunión presencial de la mesa de seguimiento del programa de control de mosquitos en el Paraje Natural de la desembocadura del río Guadalhorce y zonas residenciales adyacentes, desde que se suspendieran, hace más de dos años, debido a la COVID-19.
Este programa está impulsado por el Ayuntamiento de Málaga, a través del Área de Sostenibilidad Medioambiental con el apoyo y participación de la Consejería de Agricultura, Ganadería, Pesca y Desarrollo Sostenible de la Junta de Andalucía.
Desde el Ayuntamiento ha informado en un comunicado de que las reuniones presenciales periódicas han estado suspendidas durante algo más de dos años, pero no el trabajo, y los informes semanales con las actuaciones realizadas para el control de mosquitos en este entorno, han seguido siendo trasladados de forma habitual por el Área de Sostenibilidad Medioambiental a los representantes de las entidades vecinales, colectivos ciudadanos y responsables de centros escolares de la zona.
En la mesa han participado técnicos de ambas administraciones y de la empresa especializada prestadora del servicio y representantes de entidades y colectivos vecinales de las zonas en torno al Paraje Natural. Ha contado con la presencia de la concejala de Sostenibilidad Medioambiental, Gemma del Corral y del responsable del proyecto sobre Recuperación de Poblaciones de Murciélagos (plan incluido en el proyecto Lifewacht Alborán), Antonio Moret, quien ha expuesto a los asistentes en qué consiste dicho proyecto.
El retomar las reuniones presenciales es sin embargo muy importante, según ha indicado la concejala del Corral, «pues nos permite vernos cara a cara, ofrecer información de primera mano a los vecinos y colectivos y recibir de éstos un input fundamental, pues una cosa es lo que recogen los informes y otras las percepciones o preocupaciones que puedan tener los ciudadanos».
«Por las características físicas de este espacio y las evidentes consecuencias del cambio climático, los mosquitos no van a desaparecer nunca de esta zona», ha señalado la concejala, «pero si podemos continuar desarrollando todos los esfuerzos que sean necesarios, para que su número no se convierta en una molestia inasumible por los vecinos».
Cabe destacar que recientemente se unieron a este grupo de colectivos interesados, responsables del departamento de seguridad aérea de AENA del aeropuerto de Málaga, pues al encontrarse el aeródromo de Málaga tan cercano a un espacio protegido como este, con una importante presencia de avifauna, ésta puede suponer un riesgo para las operaciones de despegue y aterrizaje de las aeronaves, por lo que la labor que realiza el Ayuntamiento, resulta muy oportuna para completar sus labores de vigilancia en el entorno del aeropuerto, para reducir al mínimo el denominado riesgo de impacto de fauna.
TRABAJOS DE CONTROL
Durante la reunión se ha informado de los trabajos realizados, consisten en visitas semanales que comprueban en los puntos de control del paraje y en puntos concretos del entorno inmediato si existe la presencia de larvas de mosquito en desarrollo y, si ello es así, proceder a la aplicación de un larvicida biológico que impide su desarrollo, sin afectar al resto de la biodiversidad de este entorno protegido.
En cada visita, además de estos controles, se comprueba el nivel de las lagunas del Paraje, la temperatura del agua, la presencia de mosquitos adultos y la de quironómidos, dípteros nematóceros, que a menudo se confunden con los mosquitos, pero que no pican y sirven de base alimenticia en la cadena trófica de entornos naturales como este y cuya presencia evidencia, de hecho, la salud medioambiental de los mismos.
Igualmente se ha informado que, el servicio de Vigilancia Sanitario Ambiental, mantiene el contrato con la empresa especializada externa, Athisa, que es la encargada de acceder cada semana al paraje y coordina las labores de vigilancia y control con la guardería del mismo, dependiente de la consejería de la Consejería de Agricultura, Ganadería, Pesca y Desarrollo Sostenible de la Junta de Andalucía.
Las visitas periódicas de inspección comenzaron en 2016 y en marzo de 2017 se establecieron con una periodicidad semanal a la vez que se diseñó un protocolo de colaboración e información mutua entre la administración autonómica y la local, al determinarse que la zona había sido colonizada por una especie de mosquitos inhabitual en la zona, el denominado ‘mosquito de las marismas’ o ‘Aedes caspius’, cuyos ciclos de eclosión y desarrollo están muy regidos por los niveles de agua en las lagunas y humedales, entorno a los cuales depositan sus huevos.
Esto hace que sea siempre, tras los temporales de levante o tras intensas lluvias seguidas de calor, cuando la vigilancia regular y constante se hace más necesaria.