Los Martínez se dejan caer por el Gran Teatro Falla de nuevo. La letra y la música son de Julio Pardo Merelo, Julio Pardo Carrillo y Antonio Rivas. De la dirección se encarga Daniel Lucena.
Se abre el telón y en una esquina se ilumina a Javi Aguilera, conocido autor de la modalidad de cuarteto en el Carnaval de Cádiz. Este le pide a su jefe librar pero no podrá irse hasta que no termine un informe sobre el pregón de Joaquín Quiñones. En la presentación, el coro dibuja un personaje cansado y estresado por la rutina. Sin embargo, este Martínez un día se cansa y pone pie en pared: «Martínez dijo no, esta no puede ser mi vida». A partir de entonces, empieza una nueva vida.
El primer tango comenta que «Cádiz está destrozado» y no solo le echa la culpa a José María González ‘Kichi’, alcalde de Cádiz, sino a todos los ciudadanos de esta ciudad que lo votaron. «Cádiz fue capital y ahora no es nada», así sentencian los autores el descuido por parte del alcalde.
El segundo habla de la homosexualidad desde el punto de vista de un hijo que se lo cuenta a su padre después de mucho tiempo de sufrimiento en soledad. «Escuchar tu llano era un puñal» así le contesta el padre. Le quita los miedos al hijo y le transmite que solo quiere verlo feliz. El tango termina con un componente llorando y siendo arropado por sus compañeros.
En la tanda de cuplés, el coro saca un periódico y comenta con humor las noticias que leen. El primero hace un chiste que relaciona a la recién fallecida Reina Isabel II de Inglaterra y a Pablo Echenique, diputado del Congreso de los Diputados.
El segundo cuplé hace un repaso por el pase de preliminares: el conflicto entre Tino Tovar y Joaquín Quiñones, la polémica con el autor de la chirigota Una insolación del carajo y la denuncia a la chirigota Sin perdón por parte de la comparsa El veneno del rincón.
En el popurrí se desarrolla más el tipo y trata temas relacionados con este: se habla de rutina, lunes y el poco descanso de la semana. En otra de las cuartetas, un componente con un arcoíris en la barba se pone en el centro para ejemplificar que ha empezado una nueva vida y que está más feliz. Más tarde, dedican una cuarteta a la noche, la luna y la llegada de un día nuevo.
Con papelillos en las papeleras de sus cabezas y unas sonrisas enormes se marchan estos Martínez rumbo a su nueva vida.