España y los países de la Unión Europea llevan días preparando sus programas de respuesta a la imposición de aranceles del 20% de Trump. Este martes, el Consejo de Ministros de Sánchez prevé aprobar un Real Decreto para proteger la economía española y sus correspondientes sectores del impacto de ese cambio de paradigma del comercio mundial desatado por Estados Unidos. Entre ellos, uno de los más afectados será el vino y el aceite de oliva de Andalucía, que junto a Cataluña es la región española que más vendía en el país norteamericano, al menos hasta ahora.
Desde el Ejecutivo central -y en coincidencia con el posicionamiento de la Junta– se está haciendo hincapié en la necesidad de buscar mercados alternativos para poder mantener las cotas de venta de las compañías. Por ello, el Gobierno va a pedir a Bruselas que se acelere el trabajo para que la ratificación del acuerdo con Mercosur (el mercado integrado por Argentina, Brasil, Paraguay y Uruguay) se produzca con la mayor celeridad.
«Dos de los sectores que pueden verse más afectados por los aranceles en España son el del vino y el aceite de oliva. Y para nosotros, la apertura de un mercado como Mercosur puede llegar a suponer hasta un 40% o 50% de incremento de exportaciones para estos dos sectores», apuntó el ministro de Economía, Carlos Cuerpo, durante el día de ayer, siguiendo la línea de países como Francia, que también lo reclaman.
Las empresas andaluzas exportadoras del sector – también de quesos, embutidos y productos gourmet- han ido diversificando sus mercados en los últimos años, si bien el estadounidense es un espacio propicio para sus ventas, ya que es un mercado amplio y con un gran poder adquisitivo. Según datos del ICEX, Estados Unidos compraba hasta ahora la mitad de todo el aceite de oliva español exportado fuera de la UE, con impacto de hasta 679 millones de euros en 2023.
Un acuerdo no exento de controversias
La necesidad de explorar mercados alternativos para dar salida a los productos andaluces -y nacionales- es una necesidad ineludible ante la previsión de que las ventas se desplomen en Estados Unidos. No obstante, la opción de avanzar en la integración entre la UE y Mercosur no es una cuestión baladí ni exenta de polémica.
El acuerdo sellado el pasado diciembre entre los representantes de ambas organizaciones internacionales dio pie a diversos cuestionamientos, como la posibilidad de que la irrupción de los productos agroalimentarios sudamericanos en el mercado europeo hundiese los precios de estos, produciéndose una competencia desleal.
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