Las autoridades sanitarias españolas se siguen mostrando orgullosas de la campaña de vacunación contra la covid-19. Es un hecho. El 92% de la población mayor de 12 años cuenta ya con la pauta completa, aunque el proceso continúa presentando retos. Casi la mitad de la ciudadanía aún no se ha puesto la tercera dosis de refuerzo, todavía no han llegado las vacunas adaptadas a las nuevas variantes y falta por saber qué se va a hacer con el excedente, con las viejas vacunas que van a sobrar.
Fuentes de Sanidad aseguran a NIUS que decidirán el futuro de estas dosis cuando ya estén disponibles las nuevas, pero “de momento esas vacunas aún no están”, constatan. En todo caso, confirman, Sanidad tiene previsto “sumar ahora” otros 30 millones de dosis a COVAX, para que los países de rentas bajas también puedan acceder a las vacunas contra la covid-19. España ya ha donado 70 millones a esta alianza internacional.
En total, según el último informe de vacunación emitido el pasado 1 de julio, hay casi dos millones de vacunas aguardando en las neveras autonómicas y cerca de 77 en los congeladores de Sanidad. De ellos, 30 millones van a ir a COVAX. Lo que ocurra con el resto, con esos 47 millones de dosis, es lo que es una incógnita.
Mejor donar que tirar, aunque Canadá no encuentra quien quiera sus AstraZeneca
“Yo espero que antes de tirarlos y de que caduquen se entreguen a países en vías de desarrollo», asegura el vacunólogo Amós García Rojas. Una fecha de caducidad que ya no es tan apremiante puesto que, según un estudio elaborado por científicos españoles, las de Pfizer y Moderna pueden volver a congelarse sin perder eficacia frente al virus original. El problema ahora son las nuevas variantes BA.4 y BA.5, mucho más esquivas a la protección de la vacuna actual.
Canadá, por ejemplo, va a tener que destruir 13,6 millones de dosis de la vacuna de AstraZeneca contra el covid ya que no hay ningún país que las quiera, a pesar del aumento de casos de coronavirus en todo el mundo, publica el diario británico The Guardian.