Cada vez es más habitual encontrarse una tienda de barrio abierta un domingo, aunque esa decisión depende de la zona y del propietario del negocio. Las razones por las que algunos comerciantes sacrifican días de descanso como los domingos o festivos se justifican en que, de alguna forma, tienen que sacar beneficio frente a sus principal competencia de mercado: las grandes superficies, todo ello, mientras descansar estos días se ha convertido ya en un lujo. De ahí surge el debate sobre el descanso en fines de semana: ¿deberían abrir los comercios malagueños los domingos y festivos? Para entender mejor la situación, hemos salido a la calle a recoger la opinión de comerciantes y vecinos.
Las respuestas de los comerciantes son diversas. Mientras que algunos ven en la apertura de los fines de semana una necesidad económica, otros prefieren mantener sus negocios cerrados y respetar su tiempo de descanso. Juan Alberto Guzmán, dueño de Maestros Pintores, reconoce la presión que ejercen las grandes superficies sobre los pequeños comercios: “Abrimos de lunes a sábado, pero la competencia es fuerte y hemos tenido que ampliar horarios. Los sábados por la tarde nunca se ha abierto, pero con la presión que vemos en redes, hemos empezado a abrir festivos para urgencias, el empleado descansa, pero nosotros como dueños seguimos trabajando”, explica Guzmán, quien asegura que la supervivencia de su tienda depende de esta flexibilidad.
Por otro lado, Alba Chicano, dependienta de la tienda de ropa Eclipse, tiene una postura distinta. En cuanto a los fines de semana, solo abre los sábados por la mañana: “Al ser una tienda de barrio, no veo la necesidad de abrir ni domingos ni festivos. No somos competencia directa de las grandes superficies; tenemos nuestro público, y la gente sabe dónde acudir si no estamos abiertos”, afirma. Según ella, las tiendas locales no deben seguir el ritmo de los centros comerciales.
Francisco Tirado, dueño de la Frutería Francis, aboga por mantener los horarios tradicionales: “Los trabajadores también tienen derecho a vivir. Estamos luchando por jornadas de ocho horas y, sin embargo, cada vez más se abren los fines de semana. Abrimos de lunes a sábado en horarios normales, pero los domingos son para estar con la familia”, insiste Tirado. En su opinión, la calidad del pequeño comercio sigue siendo un punto fuerte frente a las grandes superficies, que no les afecta tanto. Esperanza Mayo, de Ricopesca, también considera que el derecho al descanso es fundamental: “No creo que debamos abrir los domingos, las grandes superficies dependen del tipo de producto que vendan, pero en mi caso no me afecta porque mi clientela es habitual”, asegura.
El punto de vista de los vecinos
Entre los malagueños, la opinión también está dividida. Francisco Chávez, vecino de El Torcal comenta: “Los precios no bajan, por mucha competencia que haya, no me parece bien que se abra los domingos, porque todos tienen derecho a descansar, pero la competencia desleal está empujando a que sea cada vez más común abrir todos los días”, explica. Genoveva Segovia, por su parte, se muestra más a favor de la apertura en fines de semana, siempre y cuando se respeten los derechos de los trabajadores: “Es verdad que aprovechamos los fines de semana para las últimas compras, sobre todo los que trabajamos, el pequeño comercio está desapareciendo, pero no queda más remedio que adaptarse, si las mismas personas trabajan de lunes a domingo, el negocio no funcionará, debe haber más personal y cuidar a los empleados”, reflexiona Segovia, quien también apunta que el comercio online ha afectado mucho al pequeño negocio, especialmente en una ciudad turística como Málaga.
¿Un futuro incierto?
La realidad para muchos comerciantes malagueños es que el futuro de sus negocios está en juego. Mientras algunos se ven obligados a ampliar sus horarios para sobrevivir, otros intentan resistir la presión de la competencia manteniendo su descanso los fines de semana. Lo cierto es que la tendencia a abrir los domingos y festivos parece ir en aumento, pero aún queda por ver si esto resultará en una solución sostenible tanto para los pequeños comercios como para sus empleados.