En España, dos de cada tres fallecidos en carretera se producen en vías convencionales según los datos recogidos por la Dirección General de Tráfico (DGT). Uno de los puntos de la provincia de Málaga donde se producen más siniestro es la A-355, conocida como la ‘carretera de la muerte’, donde el año pasado fallecieron diez personas.
Uno de los mecanismo que recoge la DGT en su lucha por minimizar las víctimas en carretera es el modelo sueco. Consiste en una carretera 2+1, es decir, además de un carril para cada sentido se añadiría un carril central separado por vallas que servirían para adelantar en ciertos tramos.
Ante la petición de VOX de aumentar la seguridad en la carretera de la muerte, la separación física de los dos carriles o este mecanismo sueco podría posicionarse como una de las soluciones. Esta eficaz herramienta ya se emplea en Cataluña y Navarra y según datos de la DGT reduce la siniestralidad en un 33%.
En el caso de la carretera de la muerte, la decisión queda en manos de la junta de Andalucía como titular de la vía. Sin embargo no es tan sencillo. Se necesitan un mínimo de 10 metros de plataforma para aplicar esta medida y el 45% de las convencionales españolas tiene una calzada inferior a los 7 metros de anchura.
Por tanto, ante la cantidad de siniestros y la reclamación de más medidas, bien el modelo sueco o la separación física entre carriles podrían reducir la siniestralidad en la A-355 que ya dejó 10 fallecidos el año pasado. Aún no se sabe si habrá actuación o no por parte de la Junta ni qué medidas se tomarán, pero podrían resultar clave para en la reducción de víctimas mortales en las vías convencionales.