La chirigota del Molina, ‘Amoscuchá’ (chirigota callejera), se cuela en cuartos. Jesús Manuel Selma ha escrito la letra y José Antonio García Molina, la música. La dirección la lleva Antonia Molina.
Desde Chiclana de la Frontera, llegan estos chirigoteros callejeros con muchas ganas de comerse el Gran Teatro Falla. En la presentación, declaran estos chirigoteros que ya no vuelven al Falla porque no tienen libertad para decir lo que quieren. «Por eso este año me dejo de pamplinas y te canto en cualquier esquina».
El primer pasodoble va dedicado a todas las limpiadoras del Gran Teatro Falla. Rinden homenaje a estas trabajadoras y su labor. Se pide que se las respete y se las trate como a un trabajador más, dándole los buenos días. «Ponte en su piel y si no te sale, date con lejía en la conciencia», así terminan el pasodoble.
La segunda letra habla de una persona que está en estado crítico en el hospital. Dice que, pasando muchas penas, ha logrado salir adelante gracias a su esfuerzo y valentía. Al final del pasodoble, estos chirigoteros revelan que no es una persona la que está enferma sino la modalidad de chirigota.
La tanda de cuplés, que viene de tres en tres, trata sobre varios temas: el tipo de la comparsa de Tino Tovar, la depilación femenina, la depilación de la madre del Molina, el tamaño del pene del cuñado, un trío de una noche y la comparsa de Antonio Martínez Ares. «Este año con los cuplés me he pasado de la raya… menos mal que no vamos al Falla» es el estribillo de esta chirigota.
Antes de cantar el popurrí, el Molina recibe una llamada de Froilán. En las cuartetas, se tratan varias anécdotas de carnaval: una noche con una mujer que va vestida de Frozen, una reanimación a un borracho, una multa de la policía y un niño pesado en carnaval.
Con el público de pie, se despiden esta chirigota callejera.