“Cada vez son más frecuentes paisajes más secos y calurosos que son más susceptibles a quemarse y, además, con más severidad».
El número de días con riesgo extremo de incendios ha aumentado en todo el mundo debido al cambio climático y se ha duplicado en la cuenca mediterránea en los últimos 40 años.
Así se explica en un estudio realizado por un equipo internacional de investigadores dirigido por la Universidad de East Anglia (Reino Unido) y con participación del Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC), y publicado en la revista ‘Reviews of Geophysics’.
La investigación, que revisa 500 trabajos de investigación previos e incluye un nuevo análisis de datos de última generación con observaciones por satélite y modelos climáticos, apunta a que las acciones y políticas humanas pueden desempeñar un papel fundamental en la regulación de los impactos regionales.
“Cada vez son más frecuentes paisajes más secos y calurosos que son más susceptibles a quemarse y, además, con más severidad, lo que incrementa el riesgo de grandes incendios forestales, también llamados megaincendios o incendios de sexta generación”, indica Cristina Santín, del Instituto Mixto de Biodiversidad de Mieres, centro compartido entre el CSIC, la Universidad de Oviedo y el gobierno del Principado de Asturias.
CATORCE DÍAS MÁS
El estudio recalca que la duración de la temporada anual de incendios en el mundo ha subido en 14 días entre 1979 y 2919 (un 27% más), en tanto que la frecuencia de jornadas con fuegos extremos ha aumentado en 10 días durante ese periodo (un 54% más).
Los incendios han aumentado significativamente en la mayoría de las regiones del mundo desde la década de 1980, sobre todo en el oeste de América del Norte, la Amazonía y el Mediterráneo. De hecho, el clima propicio para los fuegos ha emergido más allá de su variabilidad natural en estas dos últimas zonas.
Con un calentamiento global de 2ºC respecto a la era preindustrial, esto también ocurrirá en los bosques boreales de Siberia, Canadá y Alaska, y en las zonas boscosas templadas del oeste de Estados Unidos. A 3ºC, prácticamente todas las áreas del mundo experimentarán un clima de incendios sin precedentes
Los modelos climáticos utilizados en el estudio indican que la frecuencia con la que se dan condiciones climáticas propicias para grandes incendios en la actualidad en algunas regiones, como la cuenca mediterránea y la Amazonía, se desvía ya considerablemente de lo esperado sin calentamiento global, debido al aumento de temperatura de 1,1°C inducido por el ser humano en comparación con la era preindustrial.
Además, el incremento en el riesgo de incendios se ha producido de forma más rápida que la prevista por los modelos.
“ARMA DE DOBLE FILO”
Los autores destacan, sin embargo, que este incremento de riesgo climático de incendios no siempre se está traduciendo en mayor superficie quemada, ya que los seres humanos han reducido la propagación de incendios en algunos paisajes naturalmente propensos a ellos. Es el caso de las sabanas africanas o de Brasil, donde el aumento de la superficie destinada a la agricultura y el pastoreo ha reducido la vegetación natural y, por tanto, los fuegos.
Este desacople, según el estudio, está también relacionado en algunas regiones con políticas altamente eficaces de supresión de incendios, como en el caso de la cuenca mediterránea.
“Sin embargo, esa es un arma de doble filo, ya que puede dar lugar a acumulaciones muy grandes de vegetación y aumentar así el riesgo de incendios a medio y largo plazo. A pesar de que las condiciones climáticas que promueven los incendios forestales ya han aumentado en muchas regiones del mundo y continuarán haciéndolo, los factores humanos todavía median, y en algunos casos incluso revierten los efectos climáticos”, indica Santín
Esta investigadora concluye: “Eso no quiere decir que podamos relajarnos, si no actuamos ahora para reducir el calentamiento global por debajo de los 2°C, el riesgo de incendio aumentará en solo un par de décadas a niveles nunca vistos”.