Si a principios de temporada le hubieran dicho a cualquier sevillista que su equipo estaría en la jornada 27 metido de lleno en plena lucha por los puestos europeos y muy lejos de la zona de descenso, muy pocos lo hubieran creído. Pero la realidad es que este Sevilla FC de García Pimienta, con una apreciable escasez de recursos futbolísticos, y teniendo que cargar con problemas institucionales día sí y día también, está en una situación inesperadamente favorable.
Hace unos años, no demasiados, la situación actual en Nervión hubiese sido motivo de crisis absoluta y catarsis, pero la decadencia deportiva de la institución en los últimos tiempos ha caído tan en picado que la posición actual del equipo en la tabla es un éxito. El sevillismo ha hecho de tripas corazón para adaptarse a la nueva situación, algo nada fácil después de la gloria y el estatus alcanzado en tiempo reciente, y es consciente de lo que hay. Lo justito para sobrevivir en una situación normal. De hecho, ese era el objetivo que le pusieron al entrenador escogido para llevar el barco a puerto en estos tiempos de travesías turbulentas.
Solo la máxima rentabilización de los recursos existentes, escasos cuanto menos, podía llevar a una situación deportiva no acorde al momento que vive el club. Porque habrá muchos que utilicen el hecho de que este Sevilla FC pelee por ir a Europa para criticar el nivel de La Liga Española, y pueden tener su parte de razón, pero la realidad es que la competición es la que es para todos. Se compite en las ‘mismas’ condiciones, grandes aparte, y García Pimienta está consiguiendo, con muchas trabas, algo que tiene mucho mérito.
El entrenador catalán trabaja sin parar en silencio, pues cuando ha intentado alzar la voz, como en el caso del mercado de invierno, se le ha hecho ver que no tiene esa posibilidad. Hecho ante el que él, lejos de explotar o dinamitar la situación por sentirse minusvalorado, aceptó la situación y regresó al trabajo. Con lo que había, exprimiendo al máximo los pocos recursos que le han puesto a su alcance.
Perfil bajo, sí; trabajador y competidor, también
Porque García Pimienta será un entrenador de perfil bajo, cartel que muchos le colocaron a su llegada, pero está demostrando que también es un técnico trabajador, de club y que sabe reponerse a las adversidades, por muchas que sean, para hacer que su equipo compita y pierda poco. También habrá que ponerle ese cartel.
El tiempo y las próximas jornadas dirán si obra el milagro de pelear por ir la temporada que viene a competición europea pero, al entrenador que se atrevió a introducirse en un proyecto difícil del que otros huyeron en cuanto se lo pusieron por delante, hay que reconocerle las muchas cosas positivas que está aportándole al Sevilla FC. A este Sevilla de ‘entreguerras’. Tiene fallos, por supuesto. Pero sus aciertos, filosofía, actitud y, sobre todo, rentabilización máxima de recursos, merecen, a día de hoy, un reconocimiento que se está ganando día a día con un viento que, casi siempre, le va en contra.
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