El servicio de medicina Nuclear del Hospital Regional Universitario de Málaga realiza cada año 15.000 estudios, de los cuales un 6% corresponden a estudios pediátricos. Para ello, dispone de tres equipos Gammacámara-TAC y un equipo PET-TAC, éste último de referencia para toda la provincia. Además, cuenta con tres sondas de detección de ganglio centinela.
La Medicina Nuclear es una especialidad médica dedicada fundamentalmente al diagnóstico de enfermedades, aunque también tiene aplicaciones terapéuticas. Las exploraciones más frecuentes están relacionadas con patologías oncológicas, cardiológicas, óseas, endocrinológicas, nefro-urológicas y cerebrales.
Para ello, se utilizan isótopos radiactivos en pequeñas cantidades, lo que implica escaso riesgo para el paciente, sin efectos secundarios ni problemas de alergias. Los profesionales que trabajan en esta unidad transversal del centro sanitario administran por vía generalmente intravenosa una sustancia radiactiva llamada radiotrazador –que desaparece poco después del organismo– que se localiza en el órgano o sistema a estudiar.
Una vez inyectado, el paciente accede a la gammacámara o PET, donde se obtienen imágenes que con posterioridad analizan los facultativos para realizar el diagnóstico.
La jefa de servicio, Carmen Puentes, ha señalado que aunque la Medicina Nuclear se asocia fundamentalmente al diagnóstico de enfermedades tumorales malignas, en esta unidad también estudian patologías benignas, siendo las más habituales: enfermedades endocrinas, traumotológicas, renales, demencias, parkinsonismos o cardiológicas.
«En las enfermedades oncológicas estamos presentes en todo el proceso: diagnóstico inicial, valoración de la extensión de la enfermedad, control tras el tratamiento y la detección de las recidivas. De hecho, una parcela muy importante de la Medicina Nuclear es la detección del ganglio centinela durante la cirugía en tumores de mama, melanomas, cáncer de cabeza y cuello y ginecológicos», ha señalado.
Para ello, inyectan el trazador en la zona tumoral con el objetivo de ver, a través de gammagrafía, su distribución. «En el quirófano la extracción del primer ganglio captador –ganglio centinela– y su análisis nos permite saber si está afectado o no, lo qué permite una cirugía más agresiva o más conservadora», ha agregado.
Asimismo de los estudios diagnósticos, en este servicio se realizan terapias. Así, tratan el cáncer de tiroides y el hipertiroidismo con iodo radiactivo, además de tratar el dolor metastásico óseo con Radio-223, ha indicado la Junta en un comunicado.
«Actualmente se han desarrollado nuevos radiofármacos que se dirigen directamente a las células tumorales del cáncer de próstata y de los tumores neuroendocrinos, marcados con Lutecio-177. La terapia con isótopos radiactivos tiene la ventaja de ser una terapia muy dirigida y personalizada y en general, con escasos efectos secundarios», ha dicho la doctora Puentes.
Los tratamientos de cáncer de tiroides requieren hospitalización de 48 horas la eliminación de una parte importante de la radiación, mientras que el resto de los tratamientos se realizan de forma ambulatoria con medidas de radioprotección en su domicilio.
El servicio de Medicina Nuclear está compuesto por 29 profesionales, entre los que se encuentran nueve facultativos, un radiofarmacéutico, ocho técnicos especialistas, ocho profesionales de enfermería, un celador y dos administrativos.CARLOS HAYA | CARLOS HAYA | HOSPITAL REGIONAL | CARLOS HAYA