El Martín Carpena sigue de fiesta tras presenciar un nuevo recital de los suyos. Esta vez, el Unicaja ha barrido de la pista a su oponente, el Hipos Lleida, en un encuentro donde demostraron su superioridad en todas las facetas del juego. Un excepcional segundo cuarto terminó decantando la balanza hacia el lado malagueño, que seguirá liderando la tabla clasificatoria una semana más tras un nuevo recital.
Como viene siendo habitual, el Unicaja no consiguió entrar bien al partido. Los locales tardaron cerca de tres minutos en anotar sus primeros puntos del encuentro, aunque en esta ocasión, su rival tampoco estuvo demasiado acertado. Al llegar al ecuador del primer cuarto, los de Ibon comenzaron a coger velocidad de crucero y a mejorar su porcentaje en triple. Dos seguidos de Tyler Kalinoski lograron poner por delante a los cajistas en el electrónico, aunque su rival seguía compitiendo y poniéndole las cosas complicadas al actual líder de la competición. Un triple final de Dee Bost sobre la bocina apretó el resultado.
Sin embargo, los siguientes diez minutos comenzaron con un guion bien distinto. Si anteriormente se hablaba de igualdad sobre el parqué, este segundo cuarto comenzó con un 10-2 de parcial a favor de los de verde y morado, quienes comenzaban a mostrar su enorme caudal ofensivo. El técnico visitante intentaba reaccionar pidiendo un tiempo muerto , pero de poco sirvió. Un extraordinario Djedovic lideraba a los suyos y comenzaba a allanar el camino del Unicaja hacia la victoria. Con un marcador de 54-31 se marcharon al descanso ambos conjuntos.
Tras el descanso, los de verde y morado siguieron con un alto porcentaje de tiro en los primeros minutos. Tillie, que no había aparecido hasta el momento, se destapó como uno de los mejores jugadores de la segunda parte, anotando dos triples seguidos y una gran bandeja en el inicio del cuarto. Los malagueños llegaron a distanciarse hasta los treinta puntos, pero el Hiopos Lleida demostró su orgullo y comenzó a encadenar buenos minutos sobre el Martín Carpena. La fatiga era palpable entre los de Ibon Navarro y de ello se aprovecharon los catalanes. La ventaja al final de los diez minutos seguía siendo considerable, pero el conjunto visitante maquilaba el marcador a base de arreones finales.
El último cuarto fue prácticamente un trámite ara ambos conjuntos, aunque el técnico vitoriano le pidió más a los suyos y así respondieron. Los visitantes se vieron completamente superados por su adversario, que comenzaron a correr al espacio para agrandar aún más la renta. El Unicaja era consciente de la importancia que tenía el seguir sumando para la clasificación y eso tuvo un gran impacto en el partido. Los locales, aupados por los suyos, acabaron el duelo derrochando una lección ofensiva brillante para sumar una nueva victoria.