El colegiado Gálvez Rascón sancionó una pena máxima por la que fue llamado por el VAR. Desde la sala VOR recomendaron anular una acción clamorosa que en la repetición no deja duda alguna. Dejando esa acción a un lado, empate justo entre los equipos que fueron a por todas y que dejaron concesiones, sobre todo los de Mel, como para ser goleados. Rubén Castro anotó una golazo espectacular, mientras que Callejón igualó en el segundo acto. El conjunto malaguista se queda a tres de la salvación
El Málaga CF sufrió un robo a mano armada en el derbi ante el Granada (1-1). Los de Mel pudieron llevarse el triunfo de haberse impuesto, como debió suceder, el criterio de Gálvez Rascón. El colegiado sancionó un clamoroso penalti sobre Loren por falta de Migue Rubio. Sin embargo el VAR llamó al árbitro para que la revisara. Y a pesar de que en la repetición es más clara aún, decidió anularlo y sacarle amarilla al delantero malaguista. Para no creer.
Todo ello dentro de un partido atractivo y dinámico en el que cualquiera pudo haberse llevado el gato al agua. Los visitantes comenzaron con varias marchas más y, de la mano de Uzuni, crearon ocasiones como para golear antes del descanso. Sin embargo, apareció la magia y la pegada de un Rubén Castro que levantó a La Rosaleda con un golazo por toda la escuadra tras una pared con Fomba. Un golpeo de crack. De los que se pagan. Demostrando la inversión. Aunque debería aparecer más a menudo.
Pero hablando de pegada, y cuando más cómodo estaba el Málaga, Callejón puso la igualada con una magnífica definición. El gol avivó a ambos conjuntos que disputaron un trepidante final de partido con ocasiones y con lo sucedido en el área entre Loren y Migue Rubio. Una decisión que puede cambiar el devenir malaguista, que se queda a tres de la salvación cuando, de haber ganado, estaría a tan sólo un punto.