El catedrático de la Universidad Jaume I de Castellón (UJI) y experto en historia contemporánea Manuel Chust Calero ha reinvindicado «la utilidad» de las diputaciones provincias en un contexto de debate sobre la configuración territorial de España.
Chust ha dirigido, esta semana, el Curso ‘Poder, territorio y federalismo en España e Hispanoamérica en el tránsito a la construcción del Estado Nación’ en la sede de La Rábida (Huelva) de la Universidad Internacional de Andalucía (UNIA).
En una entrevista para Europa Press, el catedrático ha manifestado que «España tiene un problema porque sigue planteándose cómo vertebrarse políticamente», ya que «desde la actual Constitución tenemos una mezcla de sistema centralista, en función de provincias, y un sistema descentralizado autonómico, que conviven como pueden, sin llegar a un consenso entre los distintos partidos». «Nadie habla de federalismo cuando las comunidades autónomas tienen un tinte muy próximo a ese sistema», ha dicho.
En relación con el ámbito del curso que ha dirigido, ha incidido en que no es algo «exclusivo» de España, «también hay contradicciones» en otros países como México, donde «sistemáticamente» se produce un debate sobre el federalismo, «fruto de la contradicción de mantener Estados federales en un sistema con un alto peso centralista de la Ciudad de México». «Se trata de un caso similar al que pueda ocurrir en Argentina o Colombia con sus capitales», ha apuntado.
Volviendo a España, el historiador ha señalado que «no se puede eludir el debate sobre las diputaciones provinciales cuando hay una superposición con las comunidades autónomas».
En este sentido, ha defendido que «hay un notable desconocimiento sobre su origen», ya que «ni la propia información que aportan en sus páginas web, ni las declaraciones de muchos políticos, saben determinar el año de su creación, que se ubica en 1812». Sobre ello, ha reconocido la «grata sorpresa» que ha tenido al descubrir que la Diputación de Huelva se encuentra celebrando su segundo centenario.
Así, en contra de las críticas, ha señalado que «en las zonas rurales más despobladas, la Diputación es la única administración del Estado que llega a esos pueblos», algo que ha comprobado en una reciente investigación sobre la creación de la Diputación de Castellón. «Vertebra a sus pueblos y hace las tareas que no están al alcance de las pequeñas arcas municipales», ha relatado.
Sobre el origen de las mismas, ha sostenido que «las diputaciones fueron creadas como un modelo para la futura descentralización, tanto en la Península como en América», y ha subrayado que «este modelo ha dado lugar a planteamientos muy diferentes, como el de México o España, pero que al final se basan en la misma base». Así, «la cuestión es preguntarse los intereses que tenían unos y otros en la diferente deriva, la de España hacia el centralismo y la de México, con la misma calcamonía, hacia una república federal».
NACIMIENTO DE UNA ESPAÑA «DESCENTRALIZADA»
Chust ha recalcado que «hubo la posibilidad del nacimiento del Estado nación español de forma descentralizada ya que las provincias pudieron haber constituido una administración donde ceder poder».
El hecho de que no ocurriera, lo ha situado en la monarquía española que «a lo largo de estos siglos, no ha terminado de asumir un sistema federal político alejado de la centralización». Asimismo, ha señalado que «en un sistema federal los territorios asumen que no se pueden separar del Estado y asumen todas las competencias excepto la de política exterior y la de defensa».
El historiador ha querido dejar claro que «una cosa es la organización administrativa y otra la cuestión nacional», afirmando que no hay que confundir, que «eso es otro debate, el de si España asume que tiene varias naciones».
Sobre ello, ha hecho mención de que «200 años después, la monarquía española vuelve a tener un problema independentista». Así, ha indicado que «se ha trasladado el debate desde Hispanoamérica a la propia Península», por lo que «tiene unos orígenes históricos».
«España es diversa y obedece a planteamientos, costumbres y lenguas diversas. La cuestión es si esos nacionalismos son capaces de convivir con el estatal en igualdad de derechos», ha afirmado, tras manifestar sobre la cuestión de Cataluña que «la respuesta al independentismo catalán ha impulsado al ultranacionalismo españolista, y viceversa, algo que se ha hecho estratégicamente, pues forma parte del historia del nacionalismo».
CURSO DE VERANO EN LA UNIA
Según ha señalado, el curso ha tenido como objetivo «recuperar los estudios americanistas, concretamente la parte histórica, una de las razones de ser de esta sede de La Rábida».
Además, ha apuntado que «hay un creciente interés por los orígenes de la construcción de los Estados Nación en la primera mitad del siglo XIX, tanto en España como en Hispanoamérica». Por ello, «el curso ha protagonizado la cuestión del 1812 en cómo afecto a todos los territorios, desde México a Argentina».
Para el experto, la clave se ha situado en «encontrar el origen de la colonialidad y los problemas que arrastró en su creación», así como «en el debilitamiento de los Estados naciones en los años sesenta y setenta del siglo pasado». Algo que, a su juicio, contrasta con la actualidad, donde «asistimos a la búsqueda de los problemas de vertebración de los Estados y la descentralización».