El reconocido arquitecto malagueño Antonio García Garrido ha fallecido a los 93 años este pasado domingo 6 de abril, dejando tras de sí un legado arquitectónico que marcó profundamente el paisaje urbano de Málaga. Su firma está presente en más de 10.000 proyectos, muchos de ellos emblemáticos para la ciudad.
Entre sus obras más destacadas se encuentra el edificio Gaudí en la avenida de Andalucía, una pieza singular que rinde homenaje al modernismo catalán y que sobresale entre las torres del ensanche malagueño de los años 60. También fue responsable de proyectos tan conocidos como la Torre de Málaga, en la Alameda de Colón, y de la Facultad de Ciencias Económicas, una de las primeras infraestructuras de la Universidad de Málaga en el campus de El Ejido.
Huella en el patrimonio religioso
Formado en la Escuela Superior de Arquitectura de Madrid, García Garrido desarrolló una carrera prolífica que abarcó desde urbanizaciones y viviendas hasta centros educativos, espacios comerciales, restaurantes, campos de golf y hoteles. Su estudio, Gg+ Asociados -fundado en 1961 junto a Gabriel García Segura y Adela Quesada Callejón- fue uno de los más activos en la Málaga del siglo XX y también tuvo proyección en otras regiones como Canarias.
El arquitecto dejó también su huella en el patrimonio religioso de la ciudad, con diseños como la iglesia de Santa Rosa de Lima en Carranque, que alberga un mural de Eugenio Chicano y vidrieras diseñadas por el propio García Garrido. También participó en la construcción de la iglesia de San Gabriel en La Malagueta y la parroquia de Nuestra Señora de la Paz en la calle Goya.