La familia del empresario Juan Antonio Hans Checa, empresario de Lora fallecido el pasado mes de enero tras una intervención policial, ha comparecido ante los medios en el hotel Alfonso XIII de Sevilla, con su abogado para esclarecer en qué momento se encuentra la causa y las disconformidades de la propia familia por cómo se está llevando el caso.
El abogado de la familia Luis Romero, ha explicado cómo sucedieron los sucesos el día del fallecimiento. Se ha dado constancia que existen dos grabaciones, de las cuales, a partir de ellas según comenta el abogado, se va a llevar a cabo una nueva denuncia, en este caso, delito por omisión de socorro.
Una de las grabaciones, según cuentan, muestra cómo la policía, para reducir al empresario, lo tira al suelo y le pone grilletes tanto en piernas como pies. Además, se puede ver cómo gritaba “me asfixio” o “no me matéis”. La otra grabación existente, aún no ha llegado a manos de la familia, lo que hace que se tenga una cierta confusión y la misma familia y su abogado ven que se está escondiendo algo que no quieren que salga a la luz, su abogado comenta que quieren que este caso pase a disposición de la Guardia Civil, dado estos inconvenientes.
Otro detalle a resaltar ha sido el comentado por parte del abogado de la familia, donde se denuncia que no haya llegado aún ningún tipo de autopsia, ni que la propia familia haya podido ver el cuerpo del fallecido, se ha solicitado que urgentemente con preferencia se dé el informe de la autopsia, aclaran que no desconfían de los médicos forenses de Málaga y el instituto de toxicología de Sevilla, pero al no haber informe preliminar, la familia tiene inquietud del porque se encuentra en esta situación.
Para finalizar la rueda de prensa han tomado la palabra la mujer del fallecido y su hermano. La viuda ha comenzado nombrando alguno de los momentos que vivió ese mismo día, deja clara su disconformidad por como actuó el cuerpo de policía, cuenta también como una vez recibió el móvil de su marido, se encontró que la clave de acceso que tenía el móvil era ya inexistente, dando a entender que se había manipulado el teléfono, agravando así su desconfianza en el caso.
Por otra parte, el hermano del fallecido ha mostrado su total falta de confianza en cómo se está llevando el procesamiento. Asegura que ha visto en una de las grabaciones cómo un policía se quita una cámara que sostenía en el pecho, dando pie a ciertas sospechas. Todo es una incógnita para él del caso, y busca que se den respuestas para poder saber qué es lo que verdaderamente ocurrió.
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