101TV

El Festival de Málaga, un caso de éxito que puede derivar en autocomplacencia

El Festival de Málaga

Pasó el Festival de Málaga, se fueron los ruidos, los focos y los gritos emocionados en la alfombra roja. Pero queda la pregunta: ¿qué nos deja realmente este gran evento cultural? ¿Qué queda cuando el telón baja y los invitados hacen las maletas? Porque sí, el festival ha cumplido 28 ediciones, ha crecido muchísimo y ha logrado posicionar a Málaga como una ciudad clave en el mapa cultural nacional. Pero también, como en toda historia de éxito prolongado, empiezan a aparecer signos de autocomplacencia, de desgaste y de cierta desubicación.

Uno de los grandes dilemas del Festival es su propia magnitud. Como señala un crítico que lleva más de un lustro cubriéndolo, «hay demasiadas películas». La Sección Oficial, repleta de títulos, es tan extensa que apenas deja margen para explorar el resto de la programación o disfrutar de las actividades paralelas, que muchas veces se solapan en horarios imposibles. La saturación juega en contra del propio festival y de su público, especialmente de quienes intentan vivirlo intensamente.

Este es el palmarés completo del Festival de Cine: ‘Sorda’ arrasa en Málaga

Y esa intensidad no siempre va acompañada de calidad. La disparidad entre títulos es palpable, y no lo dicen solo los críticos: basta con escuchar las conversaciones a la salida de los cines. Hay películas que emocionan, que dejan huella, y otras que pasan sin pena ni gloria. El desequilibrio existe y es algo que cualquier festival maduro debería atreverse a revisar.

Desde hace años, el Festival de Málaga quiso apostar por incluir al cine iberoamericano como parte esencial de su identidad. Una decisión valiente y coherente con el objetivo de convertirse en un punto de encuentro para el cine en español, más allá de nuestras fronteras. Sin embargo, esa ambición parece haberse ido desdibujando. La visibilidad del cine latinoamericano ha ido perdiendo fuerza. Y cuando aparecen, la diferencia de calidad respecto a algunos títulos españoles es tan evidente que deja en evidencia otro problema: muchas películas nacionales parecen entrar con calzador en la Sección Oficial.

La semana del Festival de Cine de Málaga se puede escuchar diversos acentos por Málaga. Durante esa semana larga, la ciudad se llena de caras conocidas y algunos hoteles y pisos turísticos encuentran un impulso más en un Centro ya de por sí lleno. La ciudad se convierte en una pasarela donde se mezclan profesionales del sector, prensa, actores y… cada vez más ‘influencers’. Un paseo también de ‘etiquetas’, de acreditaciones colgadas al cuello, que demuestra que el evento tiene repercusión nacional. Si bien, en algunos casos se favorece a las grandes marcas capitalinas a la hora de programar entrevistas en detrimento de medios locales y/o regionales, que pese a trabajar con tiempo este plan muchas veces ven cómo se ningunean sus recursos.

Claro, que en este punto conviene igualmente mirar el ombligo propio, el del periodismo, y pensar en si muchos ‘plumillas’ están más preocupados de engrosar su álbum de fotos y coleccionar la acreditación deslumbrándose ante las estrellas de marras que de plantear una panorámica del cine español y de la cultura. El amauterismo y el hecho de que alguna gente vaya por el ‘hobby’ tampoco ayuda.

El alejamiento con el público

Este es el palmarés completo del Festival de Cine: 'Sorda' arrasa en Málaga

Un problema de ámbito sectorial que se queda pequeño cuando se compara con la desconsideración al gran público, a muchos espectadores que sostienen a fin de cuentas con sus entradas el sector cultural. Y es que con una saturación de títulos en la que inciden muchos de los críticos, hace que haya que tirar de salas pequeñas y solamente pueden entrar los acreditados dejando fuera de muchas proyecciones al público general.

En cuestión de calidad de películas, la mayoría de especialistas y cinéfilos que han visto ‘Sorda’ coincidían con días de adelanto en que iba a ser la triunfadora de esta 28 edición del Festival. Aunque también han tenido resonancia pinchazos como los de la directora madrileña Gracia Querejeta y el del veterano cineasta Julio Medem, al que el conocido crítico Javier Ocaña le dedicaba en ‘El País’ las siguientes palabras: «El declive cinematográfico de Julio Medem no es fácil de explicar, pero así son los hechos: hace 30 años concursaba en Cannes, ahora está en Málaga», dando a entender que la cita malagueña está algo desgastada y es, en parte, una plataforma pensada para ciertas productoras españolas.

Además, este año se ha rememorado del éxito que tuvo ‘Pagafantas’ de Borja Cobeaga en 2009 cuando la comedia era una de la señas de identidad, pero hace años, tal vez, desde la Biznaga de Oro en 2017 a ‘Verano 1993’ que no hay un triunfo de campanillas. Aunque en los últimos años hubo logros importantes como el de ‘Cinco lobitos’ o ‘20.000 especies de abejas’ que han creado debate social. Algo que incide en que las biznagas son potentes y la clase alta descolla pero el nivel medio ha bajado.

El conteo de los aplausos y el escaparate de los influencers

El renombrado hace unos años como Festival de Málaga tendrá que ver si en esa idea de abarcar más tiene cabida una Sección Oficial de ‘influencers’ y modelos. Y es que en los Goya y eventos de este tipo cada vez hay menos paseíllos de gente del celuloide y cada vez están más presentes los creadores de contenido. Lo que no es malo y demuestra que no hay prejuicios a la hora de que todo el mundo se suba al barco. Aunque sea para repetir la coletilla de que Málaga es genial por su clima y su gente, y ya.

Karla Sofía Gascón ya no se esconde: entregará un premio en el Festival de Málaga

Está claro que aunque el éxito existe, vaya siempre por delante, hay que seguir vendiendo y cuestiones como atraer a la gente que triunfa en redes sociales o plantear la relevancia de las películas desde el aplausómetro (lo que duran los aplausos al estilo de esos festivales tan ‘chic’ de Europa de los que según el critico Ocaña el evento malagueño no formaría parte) son estrategias que están calando en el Festival.

Un caso de éxito que deriva en autocomplacencia

La Fundación Contemporánea señalaba en su informe de 2024 al Festival de Málaga como uno de los grandes eventos culturales a nivel nacional. Ese estudio, presentado hace unos meses en el Albéniz (uno de los escenarios de este evento), pesa hoy sobre los hombros de la concejala de cultural, Mariana Pineda, que está en la diana por un supuesto conflicto de intereses al haber formado parte de la empresa que gestiona este informe. Guion cruel aunque todavía con la edil defendida desde el equipo de Gobierno del Ayuntamiento al considerar que no existe tal conflicto.

Este barómetro mide el nivel cultural de las ciudades. Pero, quizás, le faltaba medir una cuestión como la autocomplacencia, una palabra que según la RAE es «la satisfacción por los propios actos o por las propias cualidades». Y es que ese es el peligro de todo lo que triunfa como el Festival de Málaga: acabar involucionando por conformismo y tendencias endogámicas.. Como todo lo que triunfa el Festival de Málaga debe saber conservarse para no acabar ‘muriendo de éxito’ y alejado de su esencia, del lugar que lo sostiene. Sin que para ello tenga que dejar mirando al mundo y mostrando la mejor cara de esta ciudad: el cosmopolitismo y su aperturismo.

Descubre más noticias de 101Tv en las redes sociales: InstagramFacebookTik Tok o X. Puedes ponerte en contacto con nosotros en el correo informativos@101tv.es 

Otras noticias de interés

Nueva dirección del PSOE de Málaga: 68 cargos orgánicos y cuatro vicesecretarías lideradas por Josele Aguilar

Enrique Rodríguez

Óscar Puente elige los trabajos en un puente de Álora para su visita a Málaga

Enrique Rodríguez

Auxilian en helicóptero a un joven herido muy grave tras sufrir un accidente de tráfico

Ignacio Pérez