Francisco Salado (PP) ha sido investido este viernes de nuevo presidente de la Diputación de Málaga para el mandato 2023-2027 con los 18 votos de los ‘populares’ que suponen mayoría absoluta en esta Corporación provincial que se ha constituido en el pleno convocado al efecto. En su discurso, ha dicho que los principales retos son la gestión del agua y la movilidad.
De esta forma, Salado repite al frente de la institución provincial que venía presidiendo desde que accedió al cargo el 2 de febrero de 2019 con motivo, entonces, de la renuncia de Elías Bendodo, actual coordinador del PP a nivel nacional, para en aquel momento ser consejero de la Junta de Andalucía.
La Diputación ha quedado conformada por 31 diputados: 18 del PP, diez del PSOE, dos de Vox y uno de Con Andalucía. En la votación, Salado ha obtenido los 18 votos de los diputados del PP. Los portavoces del resto de grupos políticos, Josele González (PSOE), Antonio Luna (Vox) y Juan Márquez (Con Andalucía) también han optado a la Presidencia, pero no han conseguido los apoyos suficientes.
En su discurso en su renovado cargo, Salado ha destacado «la voluntad de diálogo» que ha caracterizado en los últimos años a la Diputación y ha apelado a que así siga siendo durante el nuevo que ha comenzado este viernes. También ha expresado que los dos grandes retos que afronta la provincia son la gestión del agua –cuya falta ha definido como «el problema más urgente»– y la movilidad.
Ha comenzado su intervención dando la enhorabuena a los diputados de la nueva Corporación y expresando su deseo de que «estemos a la altura de la esta gran responsabilidad, la de servir a los casi dos millones de personas que viven en los 103 municipios de la provincia».
Ha recordado que en el anterior mandato casi el 30% de las mociones presentadas fueron aprobadas por unanimidad, y ha apelado a «la colaboración política y constructiva como marca de la casa». Ha añadido que, como presidente, su vocación es «mantener esa actitud dialogante y positiva, aunque los malagueños hayan otorgado a mi partido una clara y amplia mayoría».
De su formación ha destacado como desde 2011 ha gobernado «para todos, ha hablado con todos y colaborado con todos», con referencia a colectivos de toda la provincia y de la sociedad.
Tras destacar hitos como el Caminito del Rey, la Senda Litoral, la Gran Senda, Sabor a Málaga, La Térmica, La Noria o Turismo Costa del Sol, ha pedido «huir de la estéril polarización política» y «no echar más leña al fuego de la crispación y división».
Así, ha subrayado el propósito de la Diputación de «unir con mayúsculas, cohesionar, vertebrar, acercar territorios, pueblos y colectivos. Consorciar servicios y desarrollar actuaciones e iniciativas que los ayuntamientos, por sí solos, no podrían acometer».
Ha pedido «estar a la altura de lo que Málaga merece. Esta provincia ha avanzado muchísimo en los últimos años y es mérito sobre todo de una sociedad civil pujante, dinámica, emprendedora».
Ha señalado las bondades de la provincia que atraen a una población de «300.000 residentes extranjeros que debemos considerarlos tan malagueños como nosotros». «Esa diversidad y ese carácter cosmopolita e internacional nos enriquece, nos hace únicos y nos da muchísimas oportunidades».
En cuanto a planificación y desarrollo de equipamientos y servicios públicos, ha señalado que se plantean dos grandes retos «que van a agravarse si no tomamos medidas con decisión», en referencia la gestión del agua y la movilidad.
«La falta de agua es el problema más urgente», ha dicho para después referir que en los últimos años la Diputación ha estado al lado de los municipios que han sufrido estas dificultades: «Sin mirar el color político», ha añadido, aludiendo a Fuente de Piedra, Campillos, Valle de Abdalajis, Archidona o Comares.
«Sin agua no hay futuro posible, no hay vida, no puede haber actividad humana ni económica. Nuestras principales industrias, el turismo, la agricultura, los subtropicales de la Axarquía, el fértil valle del Guadalhorce o los olivares de la zona norte, dependen del agua», ha recordado.
Salado ha defendido la política del PP en la Junta y en la Diputación respecto a la gestión del agua y ha añadido que la provincia debe convertirse en un referente en la gestión eficiente de los recursos hídricos.
UNOS 50 MILLONES PARA GESTIONAR AGUA
Ha adelantado la intención del nuevo gobierno provincial de poner sobre la mesa 50 millones de euros cada año para inversiones y actuaciones en materia de gestión del agua, de lucha contra la sequía y de optimización de los recursos hídricos.
Entre las primeras medidas, ha adelantado que se encargará un estudio para la implantación del tratamiento terciario y el consiguiente aprovechamiento para riego agrícola de las aguas recicladas en las depuradoras del Consorcio provincial del Agua.
Ha detallado que 47 depuradoras que gestiona el Consorcio en la provincia depuran aproximadamente 10 hectómetros cúbicos de agua cada año; «dándoles un tratamiento terciario, con esa cantidad de agua reciclada se podrían regar 2.000 hectáreas de cultivos leñosos».
Ha dicho que la implantación de terciarios se podría hacer, según el estudio encargado, en depuradoras grandes o aquellas de tamaño medio ubicadas en zonas con grave déficit hídrico y necesidades agrarias. «Para ello trabajaremos codo a codo con la Junta, que está realizando una inversión sin precedentes para la reutilización de las aguas residuales con fines agrícolas, especialmente en la Axarquía».
Ha puesto en valor que en los últimos cuatro años y ante la crisis de la pandemia, la Diputación libró «una cantidad histórica de fondos incondicionados a los ayuntamientos»; 432 millones de euros en transferencias a ayuntamientos, casi la mitad de ellos, incondicionados. También ha adelantado que en este mandato la Diputación condicionará más el empleo de sus fondos.
Volviendo a la gestión de agua ha dicho que le resulta «imposible» admitir que mientras hay municipios que pierden hasta la mitad del agua potable que circula por sus redes de abastecimiento por fugas y averías, haya ayuntamientos que dediquen fondos incondicionados de la Diputación a gastos superfluos y frívolos».
Salado ha subrayado que comparte con el alcalde de Málaga y la delegada de la Junta los objetivos de la candidatura de la capital a la Expo 2027 «que se mantienen vigentes y vivos».
Ha aludido a hitos en materia de sostenibilidad como la calculadora de la huella de carbono, el plan Málaga Viva y la implantación del uso de biomasa para climatizar edificios públicos. También ha adelantado que se trabajará para implantar la Ley de Economía Circular en la gestión de residuos; en el desarrollo del mayor parque fluvial de España, el corredor verde del Guadalhorce; en el corredor de La Viñuela; o en la Senda Azul.
Sobre movilidad ha apostado por la eficiencia, el transporte público y un tren que articule todo el litoral. «No tiene sentido que no haya un servicio de cercanías potente, con amplia oferta, entre Antequera y Málaga, y que articule el crecimiento del área metropolitana por el Valle del Guadalhorce y el servicio al PTA», ha añadido.
Salado ha dicho que ante «enormes desafíos» se necesita la colaboración de todas las administraciones, con más inversiones del Gobierno central, aprovechando los fondos europeos. Esta petición la ha extendido a «gobierne quien gobierne tras el 23J».
Ha concluido apuntando a que Málaga es un territorio, «camino de convertirse en el tercer eje económico y social de nuestro país, tras Madrid y Barcelona» y que, por tanto, necesita más inversiones.
Al respecto ha solicitado que se cree un Perte específico para el sector turístico, otro dedicado a obras hidráulicas y mejora de la gestión del agua, con más inversiones; y compromiso con la movilidad y transporte, el ferrocarril y nuevas carreteras.