Investigan si uno de los dos militares fallecidos en Cerro Muriano llevaba sobrecarga en sus mochilas. Unos 20 militares de los 60 que iban a hacer maniobras en un lago de la base militar cordobesa de Cerro Muriano, sede de la Brigada ‘Guzmán el Bueno’ X, el día 21 de diciembre supuestamente llevaban sobrecarga en sus mochilas «como castigo por la mala ejecución de un ejercicio durante la instrucción previa», entre ellos el soldado Carlos León Rico, de 24 años y natural de El Viso del Alcor (Sevilla), que falleció en el acto, junto al cabo Miguel Ángel Jiménez Andújar, de 34 años de edad y natural de Adamuz (Córdoba).
Así lo ha confirmado a Europa Press en base a las diligencias del caso el abogado Luis Romero, que representa al soldado sevillano, tras adelantarlo Radio Córdoba, de forma que «casi la mitad de los soldados cargaba desde dos semanas antes del siniestro con lastre en su mochila», concretamente una mina inerte en su macuto, mientras que los mandos, ni los soldados de la segunda sección portaban dicho peso extra, que presuntamente fue colocado por el mando. Investigan si uno de los dos militares fallecidos en Cerro Muriano llevaba sobrecarga en sus mochilas
De este modo se internaron en el lago parte de los militares que formaban la primera sección a la que se ordenó entrar en el agua. El cruce de la balsa se produjo con la luz del día, cerca de las 9,00 horas, aunque la actividad de los militares se había iniciado horas antes, todavía de madrugada, alrededor de las 6,00 horas, con una práctica de topografía y otra subterránea.
Se explicaron los objetivos y la manera de llevarlos a cabo, se dieron las instrucciones, e incluso se llevó a cabo previamente una prueba fallida antes de que los efectivos entraran en el agua. Además, los soldados entraron en el agua sin chaleco para aligerar el peso, según las fuentes.
Al respecto, se había dispuesto una cuerda atada a dos encinas, una especie de guía que dividía la superficie del agua por su parte más corta –la distancia entre orilla y orilla era de unos cien metros–, al tiempo que «no había línea de vida, ni ambulancia ni flotadores o salvavidas a los que poder asirse en caso de peligro», según remarcan las fuentes, para agregar que en la balsa «no se hacía pie».
Investigan si uno de los dos militares fallecidos en Cerro Muriano llevaba sobrecarga en sus mochilas
En este sentido, la práctica se frustró unos minutos después de entrar en el agua los primeros efectivos. De hecho, la segunda compañía no llegó siquiera a iniciar el ejercicio. Los mandos y el resto de soldados que estaban fuera del agua fueron los primeros en socorrer a los compañeros, que pedían auxilio desde el agua, entre ellos, el cabo, Miguel Ángel Jiménez Andújar.
Otro de los soldados fue rescatado del agua en parada cardiorrespiratoria. Le salvó la vida otro militar antes incluso de que llegara la ambulancia, al hacerle la maniobra de reanimación cardiopulmonar (RCP). Algunos de los efectivos que iniciaron el rescate terminaron teniendo que ser a su vez rescatados y atendidos por hipotermia. El Ministerio de Defensa apartó del mando al capitán que ordenó el ejercicio horas después del suceso.
LOS DOS SOLDADOS MUERTOS
En concreto, el soldado Carlos León Rico estaba a punto de terminar la instrucción requerida por Defensa para el ingreso en el Ejército de Tierra. Había dejado su carrera de Derecho para incorporarse al Ejército. Ya había culminado las dos primeras fases de formación en el Centro de Formación de Tropa, número 1, ubicado en Cáceres y hacía poco más de mes y medio que había llegado a la Base de Cerro Muriano para completarla en la unidad de destino.
Mientras, el cabo Miguel Ángel Jiménez Andújar estaba casado y esperaba un hijo. Había ingresado en el Ejército en 2011 y tenía dos condecoraciones al mérito tras haber participado en las misiones de Líbano y Letonia.
Los militares están recibiendo atención psicológica y los testigos del siniestro están siendo llamados a declarar dentro de las diligencias previas abiertas por el Juzgado de Instrucción número 4 de Córdoba.
¿QUÉ JURISDICCIÓN?
Entretanto, la Fiscalía Provincial considera que «la jurisdicción militar es la competente para continuar con la investigación» de este caso, según ha comunicado el Ministerio Público en un informe remitido al Juzgado de Instrucción número 4.
Al hilo de ello, el Juzgado Togado Militar Territorial número 21, con sede en Sevilla, ha pedido al Juzgado de Instrucción que se inhiba a su favor en este caso. Las familias de ambos militares están personadas en las diligencias.
El abogado del cabo Miguel Ángel Jiménez Andújar considera que la responsabilidad de los hechos está en los mandos inferiores. El letrado José Antonio Cumplido ha expresado que es «un planteamiento erróneo» centrarse en la cadena de oficiales y ha defendido hacerlo en la de «los suboficiales, el sargento o el teniente que dieron la orden y que eran los que tenían que tener en cuenta que se diesen todos los requisitos de seguridad que no se llevaron a cabo».
Y el abogado de la familia del soldado Carlos León Rico, Luis Romero, ha presentado denuncia contra el capitán responsable del ejercicio y sus tres superiores inmediatos. El letrado ha informado de que la denuncia se dirige contra dicho capitán, retirado del mando por el Ejército de Tierra a cuenta de los hechos; el teniente coronel inmediatamente superior a él, un coronel y un general, con petición de que todos ellos sean llamados como investigados en el procedimiento judicial.
Las diligencias previas, según el letrado, giran en torno a la supuesta comisión de dos delitos de homicidio imprudente, toda vez que ambos efectivos fallecieron ahogados en un lago de la base, realizando un ejercicio práctico.
ROBLES PIDE «MÁXIMA TRANSPARENCIA»
De su lado, la ministra de Defensa, Margarita Robles, en una visita a la base militar de Cerro Muriano, ha trasladado a las familias su «más sentido pésame» y «aliento en estos momentos tan difíciles», a la vez que afirmó que se ponen «a su disposición» y «vamos a colaborar con la justicia sin reserva alguna» en la investigación de los hechos, que sigue su curso, y que debe contar con «la máxima transparencia».
Así lo subrayó Robles a los periodistas después de mantener un encuentro con los compañeros de los fallecidos, a quienes trasladó su pésame y todo el apoyo para esclarecer los hechos, recalcando que «si ha habido errores, se tienen que saber, se lo debemos al cabo, al soldado, y a sus familias».
«Queremos que se esclarezca toda la verdad de lo ocurrido», remarcó la ministra de Defensa, quien instó a los compañeros de los fallecidos a que, «cuando declaren ante el juez, lo hagan sin reserva alguna», de modo que el juez pueda tomar «las decisiones correspondientes» y decir «qué fue lo que de verdad pasó».
Durante su visita, Robles, acompañada de distintos mandos militares, se acercó hasta el lago donde fallecieron ahogados el soldado Carlos León Rico y el cabo Miguel Ángel Jiménez Andújar, lugar en el que depositó un «ramo de flores en homenaje a los fallecidos», además de dedicarles una «oración» y «un minuto de silencio».
«TOMAR TODAS LAS MEDIDAS»
Por su parte, el jefe de Estado Mayor del Ejército de Tierra, general de Ejército Amador Enseñat, quien acompañó a la ministra a Córdoba, coincidió en la necesidad de «colaborar al máximo en la investigación» y «tomar todas las medidas para minimizar los riesgos en las instrucciones».
Además, en su visita, la titular de Defensa expresó su reconocimiento a todos los hombres y mujeres de las Fuerzas Armadas y «a quienes forman parte de esta brigada que es una de las unidades más modernas, potentes y resolutivas del Ejército, prestando su apoyo en misiones como la de Líbano o Letonia, donde está previsto se despliegue en este 2024 y principios de 2025».
La Brigada ‘Guzmán el Bueno’ X, dirigida por el general de brigada Ignacio Olazábal, ha sido la primera unidad española que se incorporó al Eurocuerpo y una de las primeras en tomar parte en las operaciones de exterior. Desde entonces ha participado y participa en misiones de paz fuera de nuestras fronteras en diversos escenarios tales como Bosnia o Irak.