Tras el ataque de Irán del pasado martes, que concluyó con el lanzamiento de 180 misiles, el Gobierno israelí ya piensa en cuál será su respuesta. Según ha asegurado el presidente de EE.UU, Joe Biden, en estos momentos Israel no ha tomado ninguna decisión firme, aunque él mismo reconoció el pasado jueves que la posibilidad de atacar las instalaciones petrolíferas de Irán está sobre la mesa del gobierno de Netanyahu.
La opinión del máximo mandatario de EE.UU es que Israel debería rastrear «alternativas» a tal respuesta, sin embargo, esto no ha servido para rebajar la tensión. En los últimos meses, Israel ha desoído las recomendaciones de sus propios aliados y de la ONU, por lo que ante dicha posibilidad el mercado del petróleo se mantiene alerta. Aunque de momento solo hay previsiones, el precio del petróleo subió un 5% durante el día de ayer.
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Estados Unidos ha puesto líneas rojas a Israel sobre la opción de atacar instalaciones nucleares iraníes, así que la destrucción de sus infraestructuras petroleras está siendo valorada como alternativa. De producirse sería un golpe sobre el corazón de la economía iraní, lo que también tendría importantes consecuencias sobre el mercado internacional y el precio del barril.