“Adiós tiene nombre de drama”, y que razón debía tener el autor de carnaval gaditano, Juan Carlos Aragón, cuando escribió éstas postreras y proféticas palabras. Y es que no hay despedida que no conlleve una pérdida, se esfuma un icono más del comercio tradicional de Málaga, pero también se crea un drama con la plantilla de los trabajadores que aún siguen negociando su salida de una empresa.
Desde el jueves 24 la calle Larios ya no será lo mismo. La emblemática pastelería Lepanto bajará la persiana por última vez. Se adelanta así el cierre tres días, ya que estaba previsto que lo hiciese el domingo incluyendo un acto preparado por la propiedad de la empresa como así adelantó este medio en su día.
El conflicto entre la plantilla y la empresa ha saldado con un principio de acuerdo que contempla recibir una indemnización que corresponde a 30 días por año trabajado, aunque aún no esté del todo pactado y se sigan calculando las cuantías de las mismas. No habrá, por tanto, subrogación de la plantilla, que eran lo que demandaban parte de estos trabajadores. Además, según el portavoz de los trabajadores, José Luis Moreno, mientras llegan a un acuerdo firme, lamentan que el negocio no siga adelante ya que asegura que “cada año ha subido la facturación del negocio” aunque sienten con orgullo “haber estado al servicio del malagueño durante todos estos años”.
Futuro inmediato
Una vez se baje la persiana por última vez a las 21 horas de este jueves, ya el viernes a primera hora de la mañana, serán los encargados del negocio quienes entregarán las llaves a los propietarios del negocio y el local de la céntrica calle se transformará en pocos meses en nuevo establecimiento de la panadería La Canasta.
