La chirigota de El Molina repite después de haberse quedado el año pasado en semifinales con Entre sábanas, selvas y ríos este año vamos al Rocío.
‘Amoscucha’, chirigota callejera es el nombre completo de esta agrupación procedente de Chiclana de la Frontera. Los componentes entran en escena y se muestran como una auténtica chirigota callejera en la puerta de Correos: con el maquillaje corrido, un vaso de cerveza en la mano y serpentinas por todos lados.
En la presentación, la chirigota declara que no sale más en el COAC, que no puede decir lo que quiere y tiene que pagar mucho dinero. «Por eso este año, me dejo de pamplinas y te canto en Correos o en cualquier esquina».
La primera copla se la dedican a Cádiz y el cariño que le tienen a la ciudad y a su carnaval. El segundo pasodoble trata muchos temas actuales: la pobreza, los fallecidos durante el mundial de Qatar o la guerra de Ucrania. Terminan diciendo que qué suerte tienen los gaditanos que revientan las penas y las matan por carnavales.
La tanda de cupletinas trata diversos temas con mucho humor: las parejas de Leticia Sabater, las drogas que consumen los famosos, los vestidos de Cristina Pedroche, la fobia a las agujas, un jugador del Cádiz C.F. y mentiras. El estribillo, por su parte, muy al tipo.
El popurrí empieza con una alusión a la canción de Shakira con Bizarrap. El resto de cuartetas van contando diferentes anécdotas de las calles de Cádiz durante los carnavales. Finaliza la actuación de esta chirigota con muchas melodías reconocibles como Despechá de Rosalía y también con muchas risas.
El público, que tenía muchas ganas de esta chirigota, despide a esta chirigota en pie y con un aplauso interminable.