El administrador apostólico de la Diócesis de Córdoba, Demetrio Fernández, presidirá el próximo lunes en la Catedral cordobesa la misa funeral por el eterno descanso del Papa Francisco, a la que están llamada a participar la comunidad cristiana, junto a los consagrados y las autoridades.
Con anterioridad y según informa la Diócesis de Córdoba en su web, consultada por Europa Press, Demetrio Fernández participará en las exequias por el eterno descanso del Papa Francisco el próximo sábado en el Vaticano, y en el entierro del pontífice en la Basílica de Santa María la Mayor, asegurando que lo hará en nombre propio y en el de toda la Diócesis de Córdoba.
Así lo ha trasladado a los numerosos fieles que han acudido este martes a la misa que ha presidido en la Catedral el administrador apostólico de la Diócesis, quien ha manifestado su sorpresa por la muerte del santo padre, a pesar de su enfermedad, y que ha considerado que «la entrega del pontífice hasta el último día de vida es una expresión de su misión», por lo que ha convocado a los fieles a «observar su ejemplo de vida, pleno de generosidad».
En su homilía de la misa ofrecida al santo padre, Demetrio Fernández ha valorado que el Papa Francisco «ofreciera su enfermedad por la Paz en el mundo, y así como como Dios con su luz de resurrección da sentido a la vida, también le concedió acercarse al balcón de la Basílica de San Pedro para impartir la bendición».
Capilla de condolencias
Entre tanto, el Obispado de Córdoba ha abierto en su sede la capilla de condolencias para honrar al Papa. Así, está abierta de 9,00 a 15,00 horas, por la mañana, y de 17,00 a 20,00 horas, por la tarde, para que los cordobeses que quieran puedan dejar su testimonio en el libro de condolencias y rezar por el Papa
El oratorio ha quedado instalada en la Capilla de Nuestra Señora del Pilar del Obispado de Córdoba, situado en la calle Torrijos, número 12 de Córdoba, y por allí han pasado ya el alcalde de Córdoba, José María Bellido; el delegado del Gobierno andaluz en Córdoba, Adolfo Molina; la subelegada del Gobierno central en Córdoba, Ana López Losilla, y la comisaria jefe de la Policía Nacional, María Dolores López Sánchez, entre otras autoridades.
El alcalde de Córdoba ha dejado por escrito su gratitud por haber conocido personalmente al Papa «en una cita inspiradora», donde pudo apreciar su «cercanía, bondad y sentido del humor», además de su profundo conocimiento de las Ciudades Patrimonio de la Humanidad. El alcalde ha destacado en su dedicatoria el interés de Francisco por la natalidad o la emigración y ha finalizado su recuerdo escrito con el deseo de que «se cumplan sus últimas voluntades de paz en el mundo».
Por su parte, Adolfo Molina se ha pronunciado por escrito en nombre del Gobierno de Andalucía y ha firmado una dedicatoria «de hondo pesar» por la muerte del Papa Francisco, añadiendo que Córdoba es «una tierra de fe que se une al dolor de la Iglesia Universal por la pérdida de un pastor humilde y valiente».
La subdelegada del Gobierno de España en Córdoba, Ana López Losilla, por su lado, ha reconocido en el libro de condolencias el ejemplo dado por el Papa Francisco, como «un luchador hasta el último momento por la paz, la igualdad y la justicia social», que deja «un gran legado de humildad y humanidad que traspasará los límites del tiempo», y ha añadido que el Papa permitirá que la Iglesia tenga «un próspero futuro con paso firme». Su mensaje ha terminado resaltando el gran ejemplo «dejado por el Papa a los católicos de España y del resto del mundo» .
Dedicatoria de Demetrio Fernández
Finalmente y con un cercano «para Francisco», el administrador apostólico de la Diócesis de Córdoba, Demetrio Fernández, ha dedicado palabras de esperanza y gratitud al pontífice fallecido, por «todos tus gestos de cariño hacia esta diócesis de Córdoba, con los que nos hemos sentido alentados en tantas ocasiones».
Demetrio Fernández ha agradecido al Papa su servicio a la Iglesia Universal y «enviándonos en una Iglesia en salida para ser servidores de los más pobres, los preferidos del Señor». Termina esta dedicatoria con el deseo de que «el Señor te conceda contemplarle cara a cara y puedas interceder por nosotros».