La Universidad Pablo de Olavide (UPO) da por cerrada la consulta preliminar al mercado tras recibir más de una decena de propuestas para el proyecto Campus Sostenible e Innovador de Compra Pública de Innovación (CPI), con un presupuesto superior a los cinco millones de euros. Tras el análisis de las citadas propuestas, la UPO prevé publicar las primeras licitaciones entre 2023 y 2024 de manera que sea posible empezar a ejecutar proyectos concretos a partir del próximo año.
En el informe final de la consulta, publicado en la plataforma de contratación y consultado por Europa Press, la UPO recuerda que han sido tres los retos planteados: ‘Transición a energía basada en hidrógeno verde’, ‘Gestión de la temperatura mediante asfaltos y soluciones textiles innovadores’ y ‘Módulos constructivos de edificación circular, rápida y de reducido impacto en CO2, con consumo energético nulo y adaptado a climas estacionalmente muy calurosos’.
En relación al primero de ellos, y tras las propuestas planteadas, el presupuesto medio que hará falta rondará los 2,8 millones de euros. «En un plazo razonable, se podría llegar a desarrollar una solución que acople las distintas tecnologías de generación, almacenamiento y gestión que dé solución a la necesidad planteada», señala el informe, en el que se apunta además que «al no haberse recibido propuestas que aborden el desarrollo de un vehículo autónomo propulsado por hidrógeno que cubra la carencia de transporte público en el campus, este elemento no será incluido en el desarrollo del proyecto».
En el caso del segundo de los retos y tras las propuestas recibidas, la Universidad entiende que «en un plazo razonable, se podría llegar a desarrollar una solución». Por ello, el proyecto que salga finalmente adelante contará con el desarrollo de un recubrimiento asfáltico de «gran resistencia al tráfico compatible con el pavimento de la UPO que disminuya la cantidad de de energía calorífica absorbida por el pavimento de carreteras y aceras»; desarrollará técnicas de aplicación compatibles con la formulación» y recogerá una prueba piloto en «posiblemente» dos viales con orientación opuesta y en los aparcamientos asociados a dichos viales.
Por último, la ejecución del tercer reto requerirá de un presupuesto de alrededor de 1,750 millones de euros. En este caso, se han identificado soluciones en el mercado de edificios modulares con «cierto componente de eficiencia energética pero que no consiguen ofrecer los resultados de autonomía energética, gestión integral del ciclo del agua y reciclaje que la Universidad pretende alcanzar». Por ello, la UPO considera «adecuado que el eventual procedimiento de contratación consista en una o varias CPI». Ante esto, la duración «estimada» rondará entre los 24 y los 36 meses.
Partiendo de este análisis y «una vez obtenida la financiación durante el año 2023 o 2024», la UPO trabaja con un calendario que pasaría por solicitar la citada financiación en el primer trimestre de este año para obtenerla en el segundo semestre. La publicación de las licitaciones se realizaría entre 2023 y 2024 de forma que entre 2024 y 2028 se pudieran empezar a ejecutar los primeros contratos de Compra Pública de Innovación (CPI). La información obtenida a lo largo de las diferentes fases de la consulta preliminar al mercado será tenida en cuenta por el órgano de contratación en la elaboración de los pliegos de los contratos de Compra Pública de Innovación. La UPO tiene el objetivo de incorporar el modelo de economía circular a su actividad para «minimizar el impacto de ésta en el medio ambiente y en el conjunto de la sociedad».
La Delegación del Rector para el Campus Sostenible inició su andadura en diciembre de 2020 con la entrada de un nuevo equipo de gobierno en la Universidad Pablo de Olavide que tiene como objetivo «ser un referente de sostenibilidad ambiental en el ámbito universitario y en su área de influencia» y que se plantea como misión cuatro ejes y objetivos principales. En primer lugar, la transición energética de la Universidad mediante la implantación de energías renovables, el aumento de la eficiencia energética y la adopción de la economía circular. En segundo término, el fomento de la movilidad sostenible, incentivando los itinerarios peatonales, el uso de la bicicleta y la movilidad eléctrica. Igualmente, impulsar la conservación de la biodiversidad del campus, manteniendo sus zonas naturales y seminaturales, cuidando las infraestructuras verdes ya existentes, y promoviendo la reforestación y revegetación de nuevas zonas. Por último, fomentar la «educación ambiental en el ámbito universitario y en el entorno que le rodea».