La puesta en escena de más de cinco horas de ‘Los maestros cantores’ es ovacionada por el público del Real. La puesta en escena de ‘Los maestros cantores’ del director musical Pablo Heras-Casado y del director de escena Laurent Pelly, ha regresado a las tablas del Teatro Real, después de 23 años de su última función, y lo ha hecho entre aplausos y vítores, pese a sus más de cinco horas de duración, con una producción que plantea la función del arte en la sociedad y la libertad del artista por encima de las normas retóricas.
Al finalizar la obra, el público ha ovacionado durante más de cinco minutos a los más de 200 artistas que han participado en la producción, y los gritos de ‘bravo’ se han repetido en numerosas ocasiones. El público ha terminado por ponerse de pie para alabar, además de los intérpretes, a Pablo Heras-Casado, que junto a los músicos, situados en el foso del coliseo, han hecho las delicias del público, especialmente en los inicios de los tres actos, en los que la orquesta ha tocado sus instrumentos durante unos minutos, sin iniciarse la interpretación.
La puesta en escena de más de cinco horas de ‘Los maestros cantores’ es ovacionada por el público del Real
‘Los maestros cantores de Núremberg’ es una ópera inesperada de Richard Wagner al ser una comedia costumbrista, una ‘rara avis’ en el libreto del alemán, que provocó que durante los años posteriores a la Segunda Guerra Mundial se utilizara como un icono de un pasado avergonzante y no como una obra cultural. La producción ensalza a Alemania con diversas frases, como las que terminan entonando los protagonistas: ‘siempre existirá el sagrado arte alemán’.
La trama transcurre en un espacio y un tiempo muy concretos: la ciudad de Núremberg, durante una sola jornada, la noche y el día de San Juan, en el siglo XVI, coincidiendo con la vida real del poeta, músico y zapatero Hans Sachs, que es el protagonista de la partitura. La obra presenta a Walther von Stolzing, interpretado por el tenor Tomislav Muzek, quien quiere ganar el concurso de los maestros cantores que patrocina el orfebre Pogner (Jongmin Park), que ha puesto como premio la mano de su hija Eva (Nicole Chevalier), con la condición de que ella acceda a casarse con el ganador.
El concurso también presenta al escribiente Sixtus Beckmesser (Leigh Melrose), como un rival de Stolzing en el concurso, y a Hans Sachs (Gerard Finley), personaje que existió en la realidad, que se convierte en el maestro del protagonista para ganar el concurso. Un concurso regido por unas reglas «rígidas y obsoletas», según el director artístico del Real, Joan Matabosch, y que el propio Sachs entonará diciendo que «las buenas reglas son aquellas que la excepción confirma».
La acción dura apenas veinticuatro horas, las que van desde la vigilia y la noche hasta el día de San Juan. Lo cómico de la situación aflora a cada instante, y a veces es la misma orquesta quien asume sin contemplaciones ese rol burlesco: el ‘staccato’ expresa el insufrible espíritu puntilloso de Beckmesser, y los efectos de ‘scherzando’ hacen que el tema solemne de los maestros suene, de repente, casi ridículo. Lo cómico, muchas veces, está en la música. Wagner utiliza el humor como un arma arrojadiza contra el conservadurismo.
En esta ópera, Wagner utiliza el coro como metáfora de la comunidad en la que transcurre la acción dramática. En la escena inicial, el coro encarna la unión religiosa de la hermandad y canta una liturgia que transmite inmovilidad, unción y unanimidad. El contraste se hace más evidente en el final del segundo acto, donde grupos corales se fragmentan en individualidades enfrentadas y dejan al descubierto que la cohesión de un colectivo es frágil.
Esta obra presenta algunas diferencias con el libreto de Wagner, donde el pasado se diluye con el presente para favorecer lo que tiene de específico relatar un mito y no una anécdota, aquí la acción se narra en presente.
También esta ópera de Wagner es diferente a sus otros trabajos porque el mundo político y los conflictos de poder están casi ausentes y porque no existen figuras de autoridad pública.
MÁS DE 200 ARTISTAS
Debido a la larga duración de la ópera, la representación ha comenzado a las 18.00 horas. Entre el 24 de abril y el 25 de mayo el Teatro Real ofrecerá nueve funciones de ‘Los maestros cantores de Núremberg’, en una nueva producción que se estrenará en Madrid y se presentará posteriormente en los teatros coproductores: la Ópera Real de Dinamarca y el Teatro Nacional de Brno.
Junto a los 19 solistas, la obra ha contado con la participación del Coro Titular del Teatro Real, con 112 cantantes preparados por José Luis Basso; cuatro actores y la Orquesta Titular del coliseo madrileño, con una plantilla de 95 músicas. En total, han participado en ‘Los maestros cantores’ 230 artistas.
Otra de las curiosidades de esta producción es que se ha contado con el arpa de Beckmesser, cedida por el Festival de Bayreuth para su utilización en las funciones en el Teatro Real. El instrumento se estrenó en el Teatro de la Corte de Munich el 21 de junio de 1868.