El pasado martes cuando paseaba cerca del cementerio en el Rincón de la Victoria iba hablando con su madre por whatsapp», en ese momento un gato llamó la atención de Tanka, su perra y salió tras él.
En ese momento, Joaquín cayó sin darse cuenta en un pozo. Afortunadamente el pozo estaba lleno de agua, ya que tenía una profundidad de más de 10 metros. Aún así había más de tres metros entre Joaquín y el borde y era incapaz de salir.
Ladridos que salvan a su dueño
Allí, agarrado a una tubería y a varios metros de la superficie, permaneció durante horas. Sus gritos de socorro fueron escuchados por un vecino pasadas las 22:00 horas. El vecino avisó entonces a los servicios de emergencia, a los que, sin embargo, no pudo detallar la ubicación exacta del chico porque era de noche.
Por ello, los agentes de la Policía Local del Rincón y los efectivos del Consorcio Provincial de Bomberos de Málaga tuvieron que organizar una batida para precisar el lugar donde había quedado atrapado el chico.
En dicho rastreo el perro del joven fue clave: permaneció ladrando junto al pozo en el que su dueño se había caído. Gracias a su ayuda los servicios de emergencia pudieron dar con la víctima y sacarla del pozo con ayuda de un sistema de elevación de cuerdas.
Según fuentes sanitarias el joven presentaba un agotamiento extremo porque durante la caída sufrió varias policontusiones. Aunque fue atendido por los sanitarios en el lugar del incidente, tuvo que ser trasladado en ambulancia al Hospital Regional Universitario de Málaga.
Fuente: NS, Noticias Cuatro