Las autoescuelas de Andalucía han asegurado que la subida de los costes de los combustibles, sumada a la vigencia de contratos antiguos con alumnos cuyos precios no se pueden modificar para equilibrar ese gasto, supone una situación «realmente complicada» que implica que «será difícil» no subir los precios de los nuevos contratos y que «muchas autoescuelas tengan que cerrar» si el Gobierno no les ofrece ayudas.
Así lo ha indicado el presidente de la Unión Federal de Autoescuelas Andaluzas (UFAA), Antonio Martín, en declaraciones a Europa Press, en las que ha explicado que el incremento del precio del combustible «no es el único» al que se enfrentan, ya que «además, está la subida de la electricidad, pues todos los días están encendidos los aires acondicionados y los ordenadores en las aulas». «Las autoescuelas no habíamos asumido este tipo de subidas», ha sentenciado.
Martín también ha expuesto que la confederación de autoescuelas está en proceso de negociación con el Gobierno para que el sector reciba ayudas. En este sentido, ha apuntado que se ha hecho «un llamamiento al Estado» para que tenga en cuenta que «este es un ámbito que indirectamente genera mucho movimiento en la economía», pues «toda persona que obtiene el permiso para conducir tiene que comprar un vehículo, llevarlo a talleres o pagar un seguro, entre otros».
Asimismo, ha subrayado que «si no hay ningún tipo de ayuda por parte del Gobierno es complicado que la obtención del permiso de conducir se pueda mantener tal y como está sin que el aumento de costes repercuta en una subida importante (de precio) sobre los futuros alumnos».
En este sentido, ha incidido en que «actualmente la subida de los precios de los nuevos contratos –posteriores a la guerra de Ucrania y al aumento de la inflación– es mínima», y ha apuntado que «en algunos casos se han visto aumentos de un único euro por clase práctica». Por este motivo, ha resaltado que no ha observado «una bajada de alumnos durante el verano».
Al hilo de la cuestión, el presidente de UFAA ha detallado que este «es un problema más» que se suma a «la falta de personal tanto de examinadores como de operadores administrativos en las jefaturas», que implican «una consecuente limitación del número de alumnos a presentar al examen».
En cuanto a la cantidad de alumnos que han recibido este verano, ha precisado que «son los mismos que en los dos últimos años –especialmente marcados por la pandemia–, en los que no se redujeron», y ha admitido que dadas las circunstancias «se esperaba una recesión para este año» que finalmente «no ha llegado», ha concluido.