El deán de la catedral de Málaga, José Manuel Ferrary, ha asegurado este viernes en relación con las obras de la cubierta de la Catedral que «la intención es empezar en el primer trimestre de 2023» y que los trabajos finalicen en un plazo de dos años y medio.
Así lo ha anunciado en el marco de la presentación de los datos económicos de la Diócesis de Málaga referidos a 2021, al tiempo que ha insistido en que esa es «la intención», ya que «a veces uno no sabe cuándo va a empezar la obra y menos todavía cuándo va a terminar».
Por otro lado, Ferrary ha recordado que el presupuesto inicial era de 15 millones de euros pero que, debido a la inflación, ha aumentado a más de 17. Asimismo, ha informado de que, a pesar de que las obras no han comenzado aún, ya ha habido un desembolso de 650.188 euros en gastos como distintos estudios o la licencia.
Aparte de la cuantía que aporte el Obispado, las administraciones financiarán unos 13 millones, entre los que se encuentran los 3,2 cedidos por la Diputación de Málaga o el millón que ya ha adelantado el Ayuntamiento. También se incluirán la mitad de los ingresos de la Catedral, que mayoritariamente provienen de las visitas.
Además, el deán ha destacado que «las conversaciones con la Junta van en muy buen recorrido para ver qué es lo que pueden aportan también inicialmente», siendo así estas tres instituciones las que ayudarían a sufragar los gastos.
Aparte, ha explicado, «estamos trabajando ya en generar unas cuentas a fin de que el malagueño de a pie, si quiere hacer alguna aportación y participar, pueda hacerlo a través de unas cuentas» que presentarán cuando el proyecto esté más perfilado.
Igualmente, se abrirán para que las distintas empresas de Málaga puedan aportar «lo que consideren conveniente». Ferrary espera «que sean muchas» porque eso significará «que nos importa a todos que la Catedral siga en pie y siga digna para cualquier persona que venga».
Así, ha insistido en que «se trata de que nos sintamos todos un poco partícipes de que la Catedral es de todos aunque alguien la administre», ya que, a pesar de ser un templo litúrgico perteneciente a la Iglesia, tiene una «parte cultural» y es «emblema» de la ciudad de Málaga. Además, ha asegurado que van a funcionar con «una transparencia absoluta» y que informarán de todos los avances en el proyecto.
«Lo que está claro es que cuando una ciudad tiene un templo deteriorado o que no está terminado y que se va dejando, no habla bien de esa ciudad», y ha puesto como ejemplo la Sagrada Familia, que, «sin prisa y sin pausa, se va construyendo y se va haciendo». «No vamos a ir terminando la Catedral pero sí poniendo aquello que es necesario y urgente, que en este caso son las cubiertas».
Respecto a la construcción de la otra torre, ha explicado que «no sabe si se va a hacer o no» y ha subrayado que ahora mismo «lo único que me preocupa es arreglar la cubierta y parar el deterioro interno».
LA IGLESIA DEL SAGRARIO
A juicio del deán, uno de los «problemas» de la Catedral es la Iglesia del Sagrario, que permanece cerrada desde 2016 debido a la aparición de una grieta. En este tiempo, ha asegurado, «se han realizado tres catas arqueológicas y se han desembolsado 370.000 euros».
Ha explicado que a principios del pasado mes de septiembre llegó una nueva petición por parte de la Junta de Andalucía para realizar otra cata, algo que desde la Diócesis han recurrido y aseguran «no entender bien», ya que una cata en un plazo de ejecución de ocho meses supone un desembolso de 300.000 euros, por lo que han presentado alegaciones.
Para Ferrary, supone algo que, aunque «no tenga que venir con la Catedral», es un elemento en su entorno que «está afectando al patrimonio de Málaga, un patrimonio que es visible, que está ahí». Ha subrayado que son dos operaciones «independientes», ya que el Sagrario tiene «su propia economía, el dinero que se va a utilizar para la Catedral no se puede utilizar para el Sagrario».
Además, el deán ha añadido que «supongo que tendremos que escoger conservar lo que tenemos y no descubrir lo que está por debajo, no soy un técnico en eso pero aplico un poco de sentido común».