Ver colas de niños de puntillas para elegir sus chucherías favoritas a los pies de un quiosco se ha quedado como un recuerdo en los cimientos de estos establecimientos. Desde comienzos de año, la revolución en el sector no ha dejado de avanzar con la reconversión de los típicos quioscos de pocos metros cuadrados donde antaño las montañas de periódicos y revistas marcaban su estética más auténtica.
Fue en enero cuando entró en vigor en el Boletín Oficial de la Provincia (BOP) una nueva ordenanza reguladora de la ocupación del dominio público y espacios libres abiertos al uso público mediante la instalación de quioscos en Málaga marcada por la reconversión del sector. Algo a lo que sus trabajadores aún tratan de acostumbrarse, a pesar de que es una realidad: los quioscos se reinventan.
“Esperemos que el sector vaya un poco en auge, lo hemos pasado muy mal tras la pandemia porque se limitaron mucho las ventas, sobre todo, en casi un 40% en prensa y por eso se está intentando reconvertir introduciendo nuevos productos y servicios. Ahora se nos permite todo tipo de comida envasada para llevar, también se están instalando lockers para la paquetería y la instalación de cajeros automáticos que nos va a hacer tener una serie de ingresos extras”, explica a 101 Televisión la presidenta de la Asociación de Quiosqueros de Málaga y provincia (Akima).
Reconvertir el sector
La principal novedad de esta normativa, impulsada por el Área de Comercio, Vía Pública y Fomento de la actividad empresarial, que llegó en enero consiste en la modificación del uso privativo del espacio público con instalaciones fijas que requiere de una concesión demanial en lugar de autorización. El objetivo principal de la nueva ordenanza, como indicó en su momento el Ayuntamiento de Málaga, es el de “incentivar, impulsar y reconvertir este sector”.
Sin embargo, algunos quiosqueros como Miguel Ángel Toboso, que lleva dedicándose a su establecimiento desde 2013, tiene claro que “han sacado cosas nuevas pero beneficios pocos”, explicando que ahora quieren instalarle un cajero que le daría algo más de ingresos gracias al trabajo de Akima, pero sigue siendo insuficiente. “La venta de prensa ha caído, hay que estar muy pendiente de las devoluciones, si se pierde una revista por el camino y eso ya son cinco euros. A mí es verdad que vender pan teniendo varias panaderías y cafeterías alrededor no me supone beneficio”, asegura el propietario, quien añade que la solución sería que se puedan vender otras cosas, ya que, desde su punto de vista, no puede hacer café si no tiene una toma de agua.
Igualmente, Antonio Martínez, propietario desde hace más de 15 años de otro quiosco de Málaga, asegura que los trabajadores del sector viven con incertidumbre y desasosiego porque bajo su punto de vista les quitan más que les dan. “El sector del quiosco está abandonado desde hace tiempo, no competimos en las mismas circunstancias que otros negocios, nos sentimos como si nos estuvieran dando una limosna. Si me quiero ir de vacaciones tengo que comunicarlo al ayuntamiento con días de antelación porque a pesar de ser autónomo me pueden abrir una sanción, tampoco lo entendemos”, sostiene. Además, en su caso, no ha incluido ningún producto nuevo desde el cambio de ordenanza ya que por la ubicación y el tipo de clientela local que tiene, mantiene la venta clásica chucherías, recargas y bebidas.
235 quioscos en Málaga
“Estamos evolucionando porque obviamente debido a la competencia de otros negocios que venden prácticamente lo mismo que venden en los quioscos hemos tenido que buscar otras vías alternativas. Depende de la zona, en el centro el mayor tipo de cliente son los turistas pero las barriadas siguen siendo los clientes locales”, señala la presidenta de Akima, quien añade que la nueva ordenanza ahora es un poco más estricta, sobre todo respecto a la concesión de las licencias y retransmisión de las mismas.
En este sentido, explica que ahora mismo hay unos 235 quioscos, mientras que antes había unas 435 licencias, de las cuales 95 están en proceso de extinción, aunque “seguramente a finales de octubre se van a licitar nuevas para que las personas que estén interesadas puedan optar por abrir esos quioscos y abrir cualquier otro tipo de negocio”.
Por último, Daniel Díez, de la directiva de Akima, subraya que los quioscos han tenido muchísima competencia como establecimientos asiáticos o los estancos. “Por ello, es cierto que nos tenemos que adaptar a los nuevos tiempos, hoy día los niños no están en el parque, están en casa jugando a videojuegos, hay que adaptarse a servicios automatizados, lo que demanda hoy día la sociedad”, asegura.