Inesperado y silencioso. El cáncer nunca avisa, pero cuando llega lo sacude todo. María del Águila padeció cáncer de mama hace 22 años. Aún recuerda la primera vez que escuchó el diagnóstico: «Le dije al médico que se había equivocado de diagnóstico, que ese no era el mío», nos cuenta. Lo recuerda entre risas, pero reconoce que en aquel momento se le paró el mundo.
«¿Es posible que a veces nos tenga que llegar algo para darnos cuenta de que tenemos que mirar la vida de otra manera?»
El cáncer arrasó su vida cuando era muy joven y con dos hijos pequeños. «Cuando me operé para mí fue muy duro porque era una chica joven y, en aquel tiempo, me mastomizaron, me quitaron una parte de mí«, explica. La medicina ha avanzado. Actualmente, la mastectomía puede no ser total. «Todo ha cambiado mucho en el proceso médico y también las personas. Ya no se ve el cáncer como antes. Cuando yo lo tuve no me atrevía ni a decirlo, incluso me ocultaba un poco», recuerda.
El cáncer atravesó su vida rompiendo sus días, sus rutinas y sus prioridades, pero también a ella la cambió por completo. «¿Es posible que a veces nos tenga que llegar algo para darnos cuenta de que tenemos que mirar la vida de otra manera?», expresa María del Águila.
Su sonrisa refleja la garra y la valentía que sacó de lo más profundo hace 22 años. Asegura que el proceso es duro, pero que hay que mantenerse fuerte. «Sobre todo que tengan mucha confianza en la medicina. Tienen que estar animados y cuidarse. Tienen que pensar que de esto se sale», relata entre suspiros.
María del Águila recuperó fuerzas gracias a las visitas de unas voluntarias de la Asociación Española Contra el Cáncer. «Las voluntarias son ángeles que te encuentras una vez en la vida», resalta. Hoy ella es uno de esos ángeles que lo dan todo por apoyar al que lo necesita.
A su lado, su marido, que también enfermó de cáncer a la misma vez que ella. Nunca le ha soltado la mano. «Después de esto hay vida y hay que seguir luchando», recalca. María del Águila se ha convertido en el mensaje de aliento que cualquiera necesitaría escuchar cuando todo se nubla.
