El Málaga volvió al trabajo después del empate conseguido en su último compromiso liguero en Ipurua frente al Eibar en la mañana del jueves. Los blanquiazules, que pernoctaron lejos de Martiricos y realizaron ejercicios, principalmente en el gimnasio, de recuperación tras regresar al mediodía del martes, contaron con el miércoles libre y volvieron a la normalidad con varias ausencias.
La más destacada fue la de Nélson Monte. El central de Vila do Conde, que firmó desafortunadamente el definitivo gol del empate en propia puerta, abandonó el terreno de juego en el 86’. El portugués se vio obligado a pedir el cambio tras notar unas molestias en su pierna izquierda que le impidieron completar el encuentro y tuvo que ser sustituído por Álex Pastor.
Es por ello que Monte no pudo incorporarse al resto de sus compañeros en la vuelta a los entrenamientos por una sobrecarga en los isquiotibiales de su pierna izquierda. Tampoco Aarón Ochoa, que sigue causando baja por la contusión en el pie izquierdo que ya le hizo no viajar a Eibar.
Por parte del filial, Rafa Rodríguez se mantiene en rutina después de estrenarse como goleador con un zarpazo desde la frontal del área en Ipurua. También permanecen el guardameta Andrés Cespedes, ataviado con una máscara, Cordero, Izan Merino, Chupete y Recio, que gana importancia tras la ausencia de Monte y el dibujo planteado por Pellicer en los últimos partidos con tres centrales.
El aspecto positivo lo protagonizan Alfonso Herrero y Diego Murillo. El arquero recibió un pisotón de Jon Bautista que aquejó durante el grueso del partido. El central de Malagón, por su parte, se dolió durante los últimos compases del duelo de su muñeca izquierda. Ambas molestias han quedado en nada y formaron parte del entrenamiento con total normalidad.
Así, los blanquiazules siguen preparando el importante partido del próximo domingo frente al Castellón, a las 18.30 horas en una Rosaleda que presentará un ambiente de gala, con mosaico incluido para la ocasión.