Al Málaga se le escapan dos puntos en la última jugada del partido. Un ex blanquiazul da la puntilla a un grupo que merecía un triunfo después de lo mostrado. Brandon allanó el camino que se hizo cuesta arriba en los últimos instantes de encuentro en los que el conjunto malaguista reculó demasiado. El descenso queda a siete puntos en vez de a nueve, por lo que el partido ante el Amorebieta será crucial
El VAR fue sin duda el protagonista del arranque del partido. Y es que Ais Reig canceló primero un penalti sobre Vadillo que parecía claro en directo. Pero pocos instantes después, dentro del primer cuarto de hora, también hizo acto de presencia el vídeo arbitraje para anular un gol de Gallar. Tras este comienzo atropellado, el Cartagena se hizo con la posesion y el Málaga con las apariciones ofensivas. Aunque sin acierto sobre la meta de Marc Martínez.
Algo que sí que tuvieron los malaguistas tras el paso por vestuarios. Jairo, Jozabed y Febas pusieron a prueba al guardameta visitante. Pero tuvo que ser Brandon el que abriera la lata con un sublime cabezazo tras una falta magistralmente botada por Vadillo. Todo ello enmarcado en los mejores 15 minutos de juego desde la llegada de Natxo González.
Tras el tanto malaguista, el Cartagena dio un paso adelante con balón, pero sin inquietar en ningún momento a Dani Barrio. Ni con Ortuño y Rubén Castro en punta. Pero sí con Okazaki. Y es que a modo de cataclismo y de chilena, el japonés anotó el 1-1 en el 94’. Golpe de malaguismo en vena que dejó helado a La Rosaleda.
Con todo prácticamente sellado, vuelan dos puntos desde Martiricos de una forma incomprensible. Pero muy malaguista. Un ex que ni siquiera llegó a debutar y del calibre del atacante nipón que protagonizó todo un verano. Ahora el partido del Amorebieta se enfoca como una final cuando podía tomarse con nueve en vez de con siete puntos de diferencia con el descenso.