El Papa Francisco ha salido este Domingo de Resurrección al balcón principal de la basílica de San Pedro para impartir la bendición ‘Urbi et Orb’. Antes, ha mantenido un breve encuentro con el vicepresidente estadounidense, JD Vance, en su residencia de Santa Marta, donde continúa con su recuperación.
Ha sido un encuentro privado, sobre las 11.30 horas, que duró pocos minutos y «les dio la oportunidad de intercambiar saludos con motivo del Domingo de Pascua», según ha detallado el Vaticano. Vance, que está de visita oficial en Italia, fue recibido este sábado por la mañana en la Secretaría de Estado por el cardenal Secretario de Estado, Pietro Parolin.
El Papa Francisco, sin cánulas nasales, ha saludado y ha estado presente en esta segunda parte de la celebración pascual y ha dirigido su bendición a todos. «Que el Señor nos bendiga a todos en el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo», ha pronunciado con una voz débil. Esto, tras la lectura del Monseñor Diego Ravelli, maestro de la Ceremonia Pontificia, que ha leído el mensaje de Pascua y ha recordado a los pueblos que siguen en conflicto, como Ucrania, Israel o Palestina.
«El mal no ha desaparecido de nuestra historia, permanecerá hasta el final, pero ya no tiene el dominio, ya no tiene poder sobre quien acoge la gracia de este día. La Pascua es la fiesta de la vida», ha asegurado.
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Cese del fuego en Gaza
El Papa ha pedido a las partes beligerantes que «cesen el fuego, liberen a los rehenes y presten ayuda a quienes pasan hambre y aspiran a un futuro de paz». «Me siento cercano al sufrimiento de los cristianos en Palestina y en Israel, así como a todo el pueblo israelí y a todo el pueblo palestino. Es preocupante el creciente clima de antisemitismo que se está difundiendo por todo el mundo», ha leído Monseñor Ravelli.
«Oremos por las comunidades cristianas del Líbano y de Siria. Mientras que este último país está afrontando un momento delicado de su historia, que ansían la estabilidad y la participación en el destino de sus respectivas naciones», ha continuado el texto.
También ha exhortado a orar por Oriente Medio y por Yemen, un país que «vive una de las peores crisis humanitarias». «Invito a todos a buscar soluciones por medio de un diálogo constructivo», ha subrayado el texto.
El Papa también ha apelado por el «desarme» de los países para conseguir un mundo sin guerras. «La paz no es posible sin un verdadero desarme. La exigencia que cada pueblo tiene de proveer a su propia defensa no puede transformarse en una carrera general al rearme. La luz de la Pascua nos invita a derribar las barreras que crean divisiones y están cargadas de consecuencias políticas y económicas», ha señalado.
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