El reconocido cineasta y actor Javier Veiga ha presentado en el Festival de Cine de Málaga su segunda película, ‘Playa de Lobos’, una propuesta que fusiona el thriller con la comedia y que plantea una reflexión sobre la responsabilidad individual en la vida cotidiana.
La trama sigue a Manu, un trabajador de un chiringuito de playa, y Klaus, un turista que se resiste a abandonar la última tumbona que queda por recoger. Lo que empieza como una disputa absurda entre dos desconocidos pronto se transforma en un juego de poder inquietante, cuando Klaus le hace a Manu una propuesta tan inesperada como perturbadora. Las interacciones de estos personajes opuestos desencadenan un viaje cargado de tensión, humor e ironía.
Veiga explica que la idea de la película surgió de su interés por explorar la actitud de muchas personas ante la responsabilidad. Es una historia que habla de cómo, en ocasiones, nos desligamos de ciertas obligaciones y preferimos mirar hacia otro lado.
Los protagonistas de la película son el malagueño Dani Rovira y el argentino Guillermo Francella, dos actores que, en palabras de su director, no necesitan forzar nada para que «la comedia salga». «Es una historia que efectivamente es un thriller psicológico, pero que deja hueco para que la comedia aparezca sin forzarla en absoluto», afirma Veiga.
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Un rodaje desafiante y enriquecedor
Rovira y Francella tienen la responsabilidad de mantener el ritmo de la película y el interés del espectador, una tarea complicada pero que han terminado consiguiendo. «Dos personas que hablan mucho, que tienen mucho diálogo y que eso no dejase en ningún momento al espectador tranquilo, mantenerte inquieto y expectante toda la película, era la clave de esta historia», explica el director.
Veiga, además de dirigir, también se reservó un pequeño papel en la película, algo que para él resultó más sencillo que en otros proyectos. «Siempre he protagonizado lo que he dirigido, pero en este caso quise centrarme más en la dirección, pero también me he autoexigido más», declara. » Por primera vez hago de malo, siempre me llaman para hacer de buena gente, y de repente poder hacer de cabronazo me parecía divertido aunque fuese en dos pequeñas secuencias», revela entre risas el cineasta.
Para Javier Veiga, ‘Playa de Lobos’ es una película diferente que no deja indiferente al espectador. Es un viaje emocional que hará al espectador experimentar distintas emociones. «La gente se va a reír viendo la película, se va a poner en el lugar de ambos, te hará sentir incómodo, se va a encariñar con los dos, va a odiar a los dos personajes. Creo que eso es lo que quiere uno cuando va al cine, sentarse y no que sea algo lineal, sino que pases por muchos estados de ánimo», concluye.
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